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Balance de la primera experiencia del Círculo Universitario de Ajedrez

Desde el 12 de agosto y hasta el sábado 9 de diciembre se desarrolló la primera experiencia del "Circulo Universitario de Ajedrez", programa gestionado por la Secretaria de Acción Comunitaria de la Vicerrectoría de Extensión de la UAI, abierto a toda la comunidad (alumnos, graduados, personal docente y no docente), que estuvo a cargo del Lic. Maximiliano Preuss.

Fueron clases totalmente gratuitas, presenciales en Av. De Mayo 776 4 piso (CABA), los sábados de 14 a 16 y 16.30 a 19 horas, para alumnos principiantes y de nivel intermedio respectivamente. Los miércoles de 18.30 a 21.30 horas fue un espacio de juego libre. En tanto, en Rosario el programa inicio el 18 de agosto y se desarrolló de manera virtual por la plataforma Zoom, los viernes de 17 a 18hs.

Consultado por esta iniciativa, el docente Maximiliano Preuss aseguró que la experiencia fue "maravillosa". "Es un proyecto que va a continuar. Cuando Fernando Grosso (Vicerrector de Extensión de la UAI) me lo propuso no dudé un minuto en aceptar. Se conjugan dos grandes amores: mi afecto por la Universidad en la cual me gradué y mi pasión por el ajedrez", destacó.

Y siguió. "Poder trabajar en la universidad que me formó y hacer lo que me gusta hace que me sienta un privilegiado. Me hubiese encantado que estuviese este proyecto cuando era alumno y poder competir en certámenes representando a la UAI. Para mí es un honor y una alegría estar a cargo de esta iniciativa y llevarla adelante. Considero que el proyecto es de todos y crece día a día por el trabajo mancomunado de cada una de las partes que lo integran. Hay mucho futuro y muchísimo talento. Todo es trabajo colaborativo: “el todo es más que la suma de las partes” y eso genera un producto muy bueno, sentenció.

Maximiliano es Licenciado en Psicología, graduado en la UAI. Actualmente es docente titular de "Fundamentos epistemológicos y metodológicos", materia del primer cuatrimestre de la Licenciatura, y docente adjunto en "Estadística aplicada a la Psicología" (del 2°). Ambas se dictan en el segundo año de la carrera. También es secretario técnico de la carrera y referente académico de la localización Ituzaingó I.

"Desde que salí del colegio secundario entré a UAI y nunca me fui", aseguró y confesó el amor que tiene por la UAI. Preuss también trabaja de docente en la Universidad Nacional de José C. Paz (UNPAZ) y en lo que respecta al ajedrez, aún conserva algunos alumnos particulares, pero no con la asiduidad de otra etapa en su vida.

Juega al ajedrez desde los 11 años. Fue campeón argentino sub-16 en un torneo por equipos que se disputó en Rosario y dos veces campeón de FAOGBA (Federación de Ajedrez del Oeste de Gran Buenos Aires).

Publicó cuatro libros sobre el deporte: "Iniciación y permanencia en el gimnasio de las neuronas: el ajedrez", "Dinámica y psicología en ajedrez I y II" (libros editados en España por la editorial “La Casa del Ajedrez” en Madrid) y un cuarto que se llama "30 grandes analogías del ajedrez".

"Este es un juego que se rige mucho por patrones y reconocimiento de modelos, entonces en ese libro lo que plasmo son posiciones diferentes con denominaciones comunes y una vez que uno va dominando los modelos y los patrones va jugando cada vez mejor, porque los reconoce en las partidas", explicó sobre el último libro.

Antes del Círculo Universitario de Ajedrez, Maxi había dado clases en el Club Philidor de Morón. "Siempre ocupó el lugar de un hobby en mi vida, pero aún así le dedico muchas horas. En la secundaria le dedicaba ocho horas por día a entrenar: no se llega a campeón argentino sin transpiración. Soy bastante disciplinado con eso", confesó.

A los 18 años dejó el entrenamiento fuerte debido a la carrera. "En cada cosa que hago, me involucro de lleno y se me complicaba dedicarle el tiempo que quería. Si bien era un hobby, me lo tomaba muy en serio y era incompatible con la cantidad de horas que le tenía que dedicar a la carrera", siguió.

- ¿Cómo encaraste la metodología de trabajo/juego para el cuatrimestre?

- De los cuatro meses del taller, dos de ellos los dediqué a explicar los fundamentos del ajedrez. Empezamos desde la clase uno a mover las piezas. La mayoría son principiantes y de nivel intermedio había solamente cuatro personas. Los principiantes se fueron enganchando y fuimos avanzando en distintos conceptos de táctica. Ésta es fundamental para poder avanzar en ajedrez en los primeros niveles. Vimos ejercicios con diferentes motivos de ataque para que los alumnos aprendan los primeros motivos tácticos, las primeras estrategias ofensivas tales como desviación, clavada, jaque doble, ataque al descubierto, etc. Además, los jaques mates más elementales para poder ganar, que los aprendieron rapidísimo y eso me sorprendió gratamente. A partir de eso, los hacía trabajar en grupos y tenían que resolver ejercicios con los temas que habíamos visto en la clase. Esta metodología de que vayan resolviendo en grupo diferentes problemas, ayudándose, me pareció útil para que se vayan potenciando entre ellos y, a su vez, conociéndose más.

Armamos también, a partir del tercer mes, un torneo interno en el que mezclé jugadores intermedios con principiantes, que habían aprendido mucho en esos meses, y la verdad que se presentaron luchas muy interesantes en la que todos pudieron jugar contra todos en un torneo con sistema americano. Incluso ocurrió que principiantes le ganaron a algunos intermedios. Se pudieron conocer todos y a partir de ese momento se armó un grupo solo de comunidad de ajedrez UAI de aproximadamente 20 personas. En el torneo les enseñé a usar el reloj, aprendieron a anotar las partidas usando planillas, y quedaron encantados.

- ¿Qué te sorprendió de la experiencia?

- La rapidez con la que avanzaron y los lindos lazos que se tendieron entre los participantes. Es increíble, muchos alumnos progresaron muy rápido y eso me da esperanza para empezar a pensar y diagramar algunas competencias con alumnos de otras universidades. La idea es armar un equipo lindo que pueda competir con otras universidades. Si bien esto no hay que apurarlo y falta, vamos hacia ese norte. No hay que olvidar que recién pasamos los primeros 4 meses del círculo.

- ¿Cuáles creés que son las cosas a repetir y las que hay que mejorar de cara al año que viene?

- Yo creo que la metodología de trabajo se puede seguir manteniendo. Y a mejorar, quizás, un poco la difusión del taller ahora que ya hay un grupo más consolidado. Lo que propusieron los estudiantes y tengo que gestionar con la universidad, es armar un Instagram del Círculo de Ajedrez, para darle más difusión. Ya tenemos nuestro propio logo, por lo que tal vez se pueda armar algo sin tanto presupuesto, como tener remeras propias del círculo y hacerlo cada vez más visible. En Lichess, un portal de ajedrez muy conocido, ya tenemos un grupo donde estamos todos los que formamos parte del taller y la idea es seguir incorporando gente.

- ¿Qué disfrutaste más del espacio de ajedrez en la UAI?

- El espacio fue impecable, súper cómodo. Había un mural en el que se podía plasmar el contenido de la clase y todos lo veían perfectamente. Se podía trabajar de manera participativa con los tableros en grupo. El espacio estuvo muy adecuado y pertinente para la actividad. La pasamos bárbaro. Creo que hay dos formas de aprender ajedrez, y esto es importante: una es estudiando, que fueron los primeros meses, y otra es jugando ajedrez. El hecho de que haya un espacio de juego libre ayuda un montón, porque tanto en el espacio de juego libre como en el torneo que se hizo, uno, como entrenador, puede trabajar las debilidades y fortalezas de cada jugador. Y se aprende un montón de las propias partidas, por eso yo se las hacía anotar para poder analizarlas.

- ¿Qué repercusiones viste en los alumnos que tuviste?

- Pocas veces vi un grado tan alto de motivación. Al menos eso ocurrió en el grupo que fue el núcleo central que se mantuvo, de 17 alumnos. Nunca vi tanta solidaridad de ayudarse entre ellos y tanto entusiasmo. Sin dudas, por propia confesión, para muchos fue un lugar de integración y pertenencia. Creo que esto de ser el primer proyecto de ajedrez de la universidad y ser ellos los que están en esto, los motiva muchísimo. Todo está para crecer. Veremos el año que viene si podemos competir con otras universidades, tener las remeras, el Instagram y seguir creciendo. Más allá de los aspectos competitivos de este juego, rescato la parte social que posibilita, y cómo nos pudimos conocer. Que se formen amistades y un lindo grupo de pertenencia. Después del taller ya hemos ido a comer juntos... y eso está muy bueno.