Identidad y cultura frente a la Crisis del sentido

Este mes, contamos con una reflexión del Dr. Fabián Lavallén Ranea, Doctor en Ciencia Política (USAL). Lic. en Historia y Lic. En Relaciones Internacionales. Especialista en Sociología de la Cultura. Director de Ciencia Política y Relaciones Internacionales (UAI – Rosario) y estudioso del pensamiento social del Papa Francisco, quien escribió sobre la identidad y cultura frente a la crisis del sentido y nos pareció muy valioso compartir esta reflexión en el espacio de la cátedra:

“Toda crisis posee múltiples dimensiones. De la crisis económica, material y social, ingresamos rápidamente en crisis existencial, descreimiento, anomia, incertidumbre, estrés social. De esta manera sentimos que incluso perdemos el horizonte. El pueblo deja de soñar, de proyectar. Como bien lo dice al Papa Francisco, “es criminal privar a un pueblo de la utopía”. La utopía es necesaria, es útil. La utopía, los sueños colectivos, son esperanza, causa final, plenitud. Privar de ese horizonte al Pueblo, es amplificar sus incertidumbres.

El año pasado, en un importante documento de la Pastoral Social de Buenos Aires, titulado “Construir un Nuevo Pacto Social para el cuidado de nuestra Casa Común en el siglo XXI”, se detalla cómo los desafíos que atravesamos son múltiples y diversos, dándose simultáneamente en diferentes planos, donde no sólo debemos superar la pobreza estructural disminuyendo las viejas desigualdades, sino que también -como lo remarca el Sumo Pontífice- generando una autonomía estratégica, buscando la integración local, regional y global.

Asimismo, se remarcó desde ese trabajo la necesidad de trabajar estos problemas desde un verdadero federalismo, y con miras a una finalidad aún mayor: el Cuidado de la Casa Común, entendiendo esto, como la base de una sociedad más justa y plena, pensándonos como ciudadanos, pero sin perder la perspectiva también como Pueblo, categoría mítica, histórica, que no se explica racionalmente, y permite cohesionar una serie de representaciones comunes.

Se plantea también, siguiendo las directrices del Sumo Pontífice en Laudato Si, teniendo en cuenta las transformaciones tecnológicas y las polarizaciones sociales que atravesamos, lo indispensable de construir un gran acuerdo (Pacto Social) que desarrolle procesos crecientes de unidad, para poder superar el nuevo individualismo que se expande, y el relativismo que se plantea en todos los ámbitos, obligándonos a un proceso de esfuerzo cotidiano de “construcción de comunidad”. Como ya lo decía el documento de la Conferencia Episcopal Argentina, “Iglesia y Comunidad Nacional”, no puede absolutizarse ni el “nosotros” ni el “yo”, ya que se retroalimentan, y porque para una ecología humana integral, se entiende que para el hombre “existir es convivir”.

Para ello debe revalorizarse la política, como siempre lo remarca nuestro Rector Emérito, tan necesaria para una propuesta de “ecología integral”. Una ecología que no sólo es ambiental y biológica, sino que también es cultural y espiritual, vectores necesarios de un anclaje identitario, sin el cual se pierde y diluye nuestra ubicación geo-cultural. Se evapora nuestra raíz en un territorio, en la Patria, dejándonos a la deriva de la oceánida de fuerzas, mensajes, lenguajes, sentidos, que la globalización emite, poniendo en crisis el sentido de pertenencia, lo que sumado a la crisis económica, ya pone en crisis además todo el sentido de la vida.

Finalmente, y como corolario de estas propuestas, aparece la ecología política. Es en este punto donde creemos que se fortalece el proceso de revalorización y rehabilitación de la política como mediadora, como nudo central y actividad capital de la construcción y realización de una sociedad”.

¡Muchas gracias Fabián por tu aporte a la reflexión!