Diseño y funcionalidad, una profesional apasionada en el mundo de la arquitectura
“Para mí, siempre es un gusto volver a la Facultad. De alguna u otra manera esta entrevista, es una forma de volver”, asegura la arquitecta María Pía Forno. Su historia en la Universidad Abierta Interamericana (UAI) comenzó en 2016 cuando empezó a cursar la carrera de Arquitectura. A fines de 2021 consiguió graduarse, pero su vocación por continuar formándose no se apagó y decidió afrontar exitosamente el desafío de encarar el Profesorado Universitario, también en la Sede Rosario. Además, durante esos años, fue alumna auxiliar en varias materias, luego docente auxiliar y finalmente, el año pasado, pasó a ser docente adjunta en la asignatura Representación Arquitectónica I.
“Decidí estudiar Arquitectura porque consideraba que era una carrera desafiante en el mundo del diseño. Cuando era muy chica siempre me gustaba diseñar desde objetos hasta espacios, sabía que mi pasión estaba ahí. A medida que me interioricé con la carrera, me generaba cada vez más curiosidad pensar en que aquello que plasmaba en un papel podría construirse, podría hacerse real. Y no sólo real, sino que también podría ser funcional para la vida de las personas tanto que hasta, incluso, podría cambiar el modo de vida de estas. La arquitectura tenía lo mejor de dos mundos, diseño y funcionalidad”, recuerda María Pía.
La decisión de formarse como arquitecta estuvo acompañada de la necesidad de encontrar una casa de estudios que se adaptase a sus objetivos y necesidades. “Elegí la UAI porque me brindaba un plan de estudio acorde a lo que buscaba. Además, los grupos de estudio eran reducidos proporcionando la seguridad de contar de manera personalizada con la guía de profesionales de la arquitectura especializados en las distintas áreas. Otro punto fundamental fue la integración de contenidos a través del Trabajo Único. Esta modalidad consiste en integrar todas las asignaturas en un único trabajo personal, simulando la labor profesional y permitiendo pensar las materias en conjunto y no como compartimentos separados”, advierte.
El marco académico con el que María Pía se encontró y su decisión inclaudicable de convertirse en arquitecta la llevaron a tener un rendimiento sobresaliente graduándose con un promedio de 9.28. En este sentido, asegura haber estado “muy enfocada en el aprendizaje constante, siempre buscando comprender los conceptos más allá de lo superficial”. Explica que estableció metas claras y realistas para cada asignatura, priorizando las tareas más importantes y dedicándoles con constancia y esmero el tiempo suficiente a llevarlas a cabo. “Finalmente, y lo más importante, creo que el apoyo de mis profesores y compañeros de clase fue fundamental. Su orientación, retroalimentación y colaboración fueron indispensables para mi crecimiento académico y mi motivación para alcanzar mis metas”, sentencia.
Forno destaca que una de sus experiencias más gratificantes como alumna fue trabajar en proyectos colaborativos con sus compañeros, ya que esta instancia le permitió aplicar los conocimientos adquiridos en el aula y desarrollar habilidades de trabajo en equipo, comunicación y resolución de problemas. “Recuerdo con cariño la relación cercana que pude establecer con algunos de mis profesores, como el arquitecto Juan German Guardati (hoy director de la carrera) y la arquitecta Verónica Peralta, entre muchos otros. Su dedicación, pasión por la enseñanza y disposición para ayudar siempre fueron inspiradoras y contribuyeron significativamente a mi experiencia de aprendizaje. También valoro mucho las actividades extracurriculares, que no sólo enriquecieron mi formación académica, sino que también me brindaron la oportunidad de conocer a personas con intereses similares y ampliar mi red de contactos profesionales”, confiesa.
María Pía indica que durante su paso por Arquitectura pudo adquirir “una sólida comprensión de los principios del diseño arquitectónico, incluyendo la planificación espacial, la estética, y la funcionalidad de los espacios” y agrega: “Otras competencias importantes que desarrollé incluyen la capacidad de comunicar mis ideas de manera clara y persuasiva, así como la habilidad para trabajar en equipo y colaborar con profesionales de diferentes áreas”.
Creatividad y funcionalidad
Actualmente, la arquitecta Forno se desempeña como Coordinadora de Proyecto en la empresa Desarrollos 3dF, donde lleva adelante los anteproyectos, proyectos y legajos ejecutivos de las obras. Diariamente, está inmersa en la elaboración de planos necesarios para la contratación y la construcción, así como también en mantener un intercambio permanente con el ingeniero a cargo, y visitar de forma periódica las obras con el fin de observar avances, relevamientos, medidas, identificar problemas, transmitir información de los planos, fotografiar, y verificar, entre otras tareas.
“Desarrollos 3dF es una empresa constituida por un equipo de jóvenes profesionales enfocados en el diseño, el desarrollo, la dirección y ejecución de obras de arquitectura en múltiples escalas y tipologías”, afirma María Pía y sostiene que su objetivo principal es “priorizar la arquitectura y generar un impacto positivo en la ciudad, entendiendo a la arquitectura como una herramienta de transformación que afecta a la sociedad en su conjunto”.
“El enfoque de la empresa está centrado en la excelencia del diseño, a partir de analizar e interpretar los requerimientos y las necesidades de los clientes. Su filosofía proyectual tiene dos reglas: la primera es la ‘no repetición’, cada proyecto es único y responde a un concepto que hace alusión a su lógica intrínseca. Ese concepto se convierte en un sistema de reglas que lo ordena. Trabajar a partir de un ‘sistema de organización’ es su segunda regla”, aclara.
La elección de la carrera no fue en vano. Hoy en día, entiende que aquello que le atrae de la arquitectura sigue siendo lo que la motivó a estudiarla. “Su capacidad para combinar creatividad y funcionalidad para dar forma a los espacios en los que vivimos, trabajamos y nos relacionamos”, interpreta y considera que la arquitectura es “una forma de arte práctica que tiene un impacto directo en la calidad de vida de las personas y en el entorno que nos rodea”.
“Admiro el proceso creativo y multidisciplinario que implica la arquitectura, desde la conceptualización y el diseño hasta la planificación y la construcción. Me atrae la colaboración con otros profesionales, como ingenieros, urbanistas y diseñadores, para crear espacios que sean estéticamente atractivos, funcionales y seguros”, comenta.
María Pía espera en un futuro poder desarrollarse de forma independiente en Rosario y la región. Para cumplir con este objetivo pondera la necesidad de “realizar proyectos significativos que tengan un impacto positivo en las personas y en el entorno, proyectos que trasciendan lo meramente estético para abordar desafíos sociales, culturales y medioambientales”. Finalmente, Forno subraya: “Deseo ser una fuente de inspiración y motivación para otros arquitectos y estudiantes de arquitectura, compartiendo mi pasión por el diseño”.