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Microcredenciales y Certificación de Competencias: un espacio colaborativo

Ante un auditorio colmado en el Salón Blanco del Ministerio de Educación de la Nación, este jueves 11 de agosto se realizó en el Seminario de Educación superior y sector productivo “Microcredenciales y Certificación de Competencias: un espacio colaborativo”, organizado conjuntamente por el Consejo de Rectores de Universidades Privadas (CRUP), el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) y la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI).

El objetivo del mismo fue abordar la problemática de la interacción entre la educación superior y el sector productivo, trazando líneas de trabajo que permitan aunar esfuerzo entre la Universidad, la Empresa, las Asociaciones Gremiales y el Sector Público. Bajo esa premisa se analizaron las tendencias en materia del desarrollo de instancias formativas que permitan la articulación entre los distintos sectores a través de mecanismos de microcredenciales y certificaciones de competencias, y se compartieron distintas experiencias.

En el primer bloque, titulado "Desafíos del presente: Universidad y trabajo", se presentaron el ministro de educación de la nación, Jaime Perczyk; el presidente del CRUP y rector de la Universidad Abierta Interamericana, Rodolfo De Vincenzi; el Director de la Oficina de OEI en Argentina, Luis Scasso; el director ejecutivo de la UOCRA, Gustavo Gándara; y el Presidente del CIN, Enrique Mammarella.

El titular de la cartera educativa, Jaime Perczyk, cerró el bloque al calificar al seminario como "algo muy bueno", ya que se refirió a que, en un contexto tan difícil de la Argentina y el mundo, "está bueno que nos dejemos atrapar por discusiones sobre cómo mejorar nuestra universidad".

"Nos parece que esto habla bien del sistema universitario argentino. Estamos intentando mejorar, llegar a más, llegar a otros que no llegamos", expuso el ministro. Aseguró además que hay que mantener los niveles de calidad y de internacionalización, y que es algo a profundizar. "Creemos y trabajamos también en la certificación de la calidad de las carreras", siguió.

"Todo esto, dentro de un país que tiene el 40% de su población bajo la línea de pobreza. Al mismo tiempo que pasa eso, la universidad argentina es una de las instituciones más valoradas por la sociedad. La universidad tiene una responsabilidad con eso que pasa en la Argentina, porque es parte", enfatizó Perczyk. Por último, dijo que estamos insertos en un mundo donde "la universidad se está transformando y se tiene que mejorar".

Por su parte, Rodolfo De Vincenzi aseguró que "en los últimos 25 años se identifican en la universidad cambios más significativos que a lo largo de toda su historia". Según dijo, esto tiene que ver por el impacto de la tercera y la cuarta revolución industrial en la vida cotidiana y las instituciones.

"Creo que nos han expuesto frente a escenarios que cada vez se presentan más dinámicos, complejos, inestables y altamente demandantes. Sin dudas, la pandemia ha profundizado y acelerado estos escenarios, y lo hemos vivido en estos años", relató.

De Vincenzi contó que comienzan a proliferar modelos educativos alternativos, "que son los que están centrados en el aprendizaje y no en la enseñanza". "Donde el enfoque formativo está basado en competencias que focalizan un saber hacer. También implica el modo de concebir la docencia. Se piensa en función de resultados de aprendizaje. Esto implica que, a diferencia del modelo anterior, el profesor habilita diversidad de fuentes de información. Lo que hace es orientar el proceso de depuración de contenidos", clarificó.

Y aseguró que en ese caso, también se diluyen las fronteras del aula tradicional y se difuminan los límites entre lo físico, presencial y virtual. "Eso es lo que más se ha profundizado y sensibilizado en el período que nos tocó vivir en la pandemia", detalló. Por último, dijo que para elevar la pertinencia social de la educación "se requiere un sistema de reconocimiento y certificaciones de competencias laborales adquiridos en ámbitos no formales, como es el caso del trabajo. ¿Por qué? Para no duplicar procesos formativos de aprendizaje ya adquiridos".

"A ese sistema reconocimiento y certificaciones es al que nosotros denominamos microcredenciales, allí creo que los modelos educativos centrados en el aprendizaje facilitan mucho más eso, porque están basados en competencias", comentó el rector de la UAI.

Antes, Luis Scasso, Director de la Oficina de OEI en Argentina, había expuesto sobre la vinculación entre educación y trabajo. "Hay tensión entre las nuevas demandas del mercado laboral, las demandas de los propios jóvenes y sus expectativas, y lo que ofrecen nuestros sistemas educativos iberoamericanos. En ese contexto, arribamos a la pandemia. Nuestra región era una de la cual el 50% no terminaba el colegio secundario", explicó.

"La pandemia expandió las desigualdades educativas entre quienes tienen acceso a distintos recursos. Apelar a las mismas fórmulas nos va a llevar a tener los mismos resultados. Modelos para brindar herramientas adicionales para los que se están quedando muy atrás; permitir el reconocimiento de esos saberes no formales y darle una continuidad a la certificación y la acreditación", siguió.

En tanto, Gustavo Gándara, director ejecutivo de la UOCRA, explicó cómo funciona la política de la Unión Obrera de la Construcción de la República Argentina que "se apalanquen sobre el sistema educativo para fortalecerlo y que a partir de allí nos den una respuesta que nuestros propios trabajadores quieren".

Esbozó algunos conceptos sobre cómo funcionan y el universo al que alcanzan las certificaciones. "En nuestro sector hay 420 mil trabajadores formales, de los cuales 129 mil tienen sus certificaciones de competencia al día en términos de haber pasado por diferentes procesos de evaluación y haber certificado uno o más normas. En el sector hay más de 38 normas avaladas", detalló.

Enrique Mammarella, Presidente del CIN, fue el siguiente y aseguró en su exposición que muchas universidades contemplan "otros estadíos de la educación". Muchas tenemos escuelas primarias, secundarias, jardín de infantes, institutos o centros de oficios, o universidades populares, y claramente venimos trabajando en un proyecto que contemple esa mayor articulación con el sistema.

"Antes nos preocupábamos por las competencias que tenía un estudiante secundario, si estaban de acuerdo a las que necesitaba para el ingreso a la universidad, pero el sistema nos demostró que teníamos que trabajar más. Desde las universidades, pensando que la educación es una cadena de valor y que también es nuestra responsabilidad trabajar por la parte no formalizada de la educación", concluyó.

En el segundo panel de la jornada, titulado "Microcredenciales y certificaciones de competencias: lineamientos y experiencias", el vicerrector de extensión de la UAI, Dr. Fernando Grosso, destacó la flexibilidad como algo fundamental a su manera de ver. "El signo de la época nos invita a ser flexibles como instituciones y como personas", definió.

Así, compartió la historia a la que llamó un puente adicional hacia la inclusión. Fue el relato de Brian, un joven de 22 años de Caleta Olivia (Santa Cruz), con leve discapacidad intelectual, a quien le costaba la inserción en el mundo laboral y de la educación superior, pero que motorizado por un programa de capacitación de la UAI en conjunto con ONGs, sindicatos y empresas privadas, obtuvo su certificación de las competencias adquiridas.

"Pero hubo un problema: a pesar de todo, Brian no conseguía trabajo, como muchos otros. No se dio por vencido y, finalmente lo consiguió. La transformación de las personas, sin dudas, es el foco de cualquier institución. Si no, son abstracciones, sellos vacíos. Si no podemos personalizarlo, darle carne detrás de las necesidades concretas de aquellos que lo necesitan...", continuó.

Por último, Grosso aseguró que "cuando somos capaces de generar transformaciones en las personas, a partir de ellas, generamos transformaciones las instituciones, y a partir de ellas generamos transformaciones en la sociedad". "En la medida que somos capaces de cambiar la vida de una persona, como Brian, generamos una espiral virtuosa que nos transforma como instituciones y a la larga como sociedad", sentenció.

Participaron además de ese bloque, la Mg. Gullermina Laguzzi (OEI), el Lic. Álvaro Barrachina (Universidad Austral); el Dr. Martín López Armengol (Universidad Nacional de La Plata) y el Dr. Carlos Greco (Universidad Nacional de San Martín). Moderó Javier Gómez (CRUP).