El periodismo en la era de las redes sociales

Por Juan Mascardi*

El Día Mundial de las Redes Sociales se conmemora cada 30 de junio, convirtiéndose en una fecha propicia para reflexionar sobre una herramienta que permite a la población mundial una mayor comunicación, así como un medio para informarse.

Jean Paul Sartre decía que “lo importante no es lo que han hecho de nosotros, sino lo que hacemos con lo que han hecho de nosotros”. Las redes sociales se han convertido en una herramienta fundamental para la difusión de noticias y la participación ciudadana en el periodismo. Pero, a pesar de que irrumpieron con la promesa de la desintermediación, su uso poco ético ha develado en reiteradas oportunidades su peor cara, transformándose en una “cloaca” donde circula información falsa y verdaderas campañas de desinformación.

El periodismo que se vehiculiza a través de las redes sociales requiere de agilidad y precisión para ofrecer información veraz y contrastada en tiempo real. Ejercerlo, requiere desarrollar habilidades específicas y establecer protocolos de chequeo. La inmediatez inherente a las redes comerciales y la distribución continua de contenidos nos ha llevado a trabajar en un continuo vertiginoso. Pasamos del "periódico" a "estar siempre, todo el tiempo". 

Sin dudas, que las redes sociales han democratizado la difusión de noticias, pero la propagación de información falsa nos obliga, además de ser productores, convertirnos en curadores de contenido. Trabajamos en un flujo permanente, pero que sea en tiempo real no obtura la necesidad de producir crítica y creativamente.

Para los periodistas es crucial utilizar las redes sociales de manera responsable y ética, verificando la información antes de compartirla con el público. También, es necesario tejer “redes” más allá de las redes comerciales, generando comunidad, y en este sentido las newsletter aparecen como alternativa ante la desinformación y el dominio del algoritmo que está en muy pocas manos. Inmersos en las redes sociales, debemos evitar la fantasía de estar ante una realidad creada a nuestra medida por el algoritmo, que a su vez nos crea a nosotros, y nos refleje un mundo que no es más que nuestro propio reflejo.

Las redes sociales nacieron con el ideario de que era posible mantener una mayor interacción entre periodistas y audiencia, creando espacios de diálogo y retroalimentación instantánea. Así lo hicimos durante mucho tiempo, y es hora de revisar si estos espacios son los ideales para llevar adelantes ese diálogo.

Los periodistas debemos adaptarnos a las dinámicas que las redes sociales imponen para llegar a nuevas audiencias y generar contenido relevante y atractivo, aprender de los influenciadores y youtubers, pero haciendo contenido periodístico. No debemos confundir periodismo con publicidad, y en caso de que haya un esponsoreo, debe estar especificado.

La información periodística ya no llega, por la mañana, a la puerta de nuestras casas o sintonizada a través de una radio. Las noticias nos acompañan las 24 horas en la palma de la mano. La filosofía colaborativa de las redes sociales nos obliga a adentrarnos en procesos de comunicación multipolar, produciendo e intercambiando simultáneamente información entre muchas personas. Las redes nos brindan una plataforma para el ejercicio de un periodismo de investigación colaborativo, donde los profesionales de la comunicación pueden trabajar mancomunadamente en la búsqueda de la verdad.

*Director de la Licenciatura en Periodismo - Sede Rosario