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Micaela González, deportista de elite, influencer y alumna de la UAI: "Literalmente, el básquet es todo en mi vida"

A sus 27 años, Micaela González tiene una historia de vida que la moldeó y curtió, tanto en las buenas como en las malas, un mismo hilo conductor: el básquet. Pasó años difíciles por el deporte, donde luchó contra la bulimia y la anorexia, y el propio básquet la ayudó a salir. Podría decir que ahora está en su mejor momento: es jugadora profesional de Ferro, influencer en Redes Sociales y acaba de empezar a estudiar en la UAI, donde se especializa en producción televisiva, conducción y manejo delante de cámara.

Económicamente, su presente es más sólido que en el pasado. Hoy cuenta que puede vivir del sueldo como jugadora, un emprendimiento que la sostuvo en circunstancias duras, y de lo que produce en sus redes sociales, donde su Instagram (hacer CLICK AQUÍ para verlo) tiene casi 14 mil seguidores, y realiza contenido para NBA Latam (hacer CLICK AQUÍ para entrar). Siendo profesional del básquet femenino, debió meterse en publicidad y explotar el mundo de las redes sociales para solventar la vida de deportista.

Mica resalta el papel de su familia y su pareja, Lautaro, de quien dice que la apoyó en los momentos más complicados. "Si él no me hubiese bancado en el día a día, con su trabajo, y las veces que no cobré en lo deportivo y tuve que hacer otras cosas, no podría estar donde estoy. Sin alguien que te acompañe en lo económico y emocional, y te levante cuando las cosas no van bien... No podría haber crecido así", destacó.

Entró a la UAI gracias a uno de los productores de NBA Latam, Leandro González, quien también es profesor de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la UAI. Fue este quien le propuso al Mg. Fernando Bóveda, decano de la Facultad, que Mica podría estudiar como "oyente" de algunas materias, para que así sume competencias y experiencias a futuro. Antes de esto, que arrancó en este cuatrimestre, Micaela había realizado la tecnicatura en periodismo por la Universidad de La Plata, en la sede de la Ex Esma en Núñez. De esta manera se le acreditará que está capacitada para trabajar de lo que aprendió.

- ¿Cómo llegaste a NBA Latam?
- Se contactaron conmigo a través de las redes. Mi perfil es un perfil muy callejero, muy del básquet no profesional y, al mismo tiempo, estaba en el auge del básquet femenino. Entonces encajaba con varios mundos. Los fui a conocer, me presenté, me hicieron una prueba de video, fotos, etc. Les encantó el estilo de básquet que yo presenté a la hora de picar la pelota, los movimientos, etc. Me explicaron cuál era la idea de ellos, que en ese momento aún no la tenían muy clara, pero sabían que querían explotar las redes con más mujeres dentro del ámbito, que es donde entro yo para hacer los tutoriales. Vamos a hacer un montón, porque salieron muy bien. La idea era esperar cómo salían los primeros tres y explotaron. No sabía que iban a tener tanta repercusión. La verdad que fue un lujazo. Hicimos tutoriales acerca de ciertos jugadores y sus movimientos, como Luka Doncic, la mecánica de tiro de Klay Thompson o Kyrie Irving. Nunca me dijeron que me tenía que aprender de memoria un millón de guiones... Yo que quería morir. Una vez que le agarrás la mano ya está, pero yo con mi memoria de "pato" me intentaba acordar dos líneas seguidas... Pero bueno, todo eso se entrena. Me explicaron cómo era y hoy en día me sale.

- ¿Cómo fue la experiencia que te llevó a la UAI?
- En NBA Latam comencé a conocer el mundo de las cámaras y las publicidades. Quiero saber más, me quiero meter de lleno. No me dedico a ser periodista, sí a las redes. De la mano del básquet y el comentario deportivo, porque también estoy en Basquet Pass, la plataforma que hoy tiene el monopolio del básquet en la Argentina y algunas ligas de afuera. Entonces, cuando me toca algunos torneos que no son correlativos con el mío, de la Liga Nacional Femenina, lo puedo comentar. También me ha pasado con la Champions, la Supercopa, la Superliga Sudamericana, por ejemplo. Siempre me gustó el periodismo y hay muchas formas de ejercerlo. Hoy en día yo le estoy dando otra vuelta a las redes porque puedo, porque me da muchas más plata que el básquet.

Tengo mucha facilidad para conectar con las personas y lo hice con Lean, que es mi productor, y le pregunté qué es lo que hacía y cómo llegó donde llegó. Me dijo que era profesor de la UAI y que tenía una materia de Producción Televisiva. Me dijo que podía aprender muchísimo sobre cómo moverme en cámara, cómo manejar ciertas cosas dentro de un set de televisión, cómo conducir o ser panelista. Cuando nos juntamos con Fernando (Bóveda) hablamos y le encantó la idea de que puede hacer de oyente, de participar, y nos propuso esta modalidad de credencial de curso, que me daría la chance de tener una salida laboral de producción televisiva, conducción, panelista, etc.

Yo no conocía a la UAI, realmente no tenía la forma de poder pagar una universidad de tal magnitud y tampoco conocía el mundo de estas personas. Me parecieron todos muy amables, el decano fue muy abierto. Me di cuenta de que la facultad es pionera en que los chicos tengan su propio programa de Twitch, que tienen un canal de televisión y un montón de cosas con las que nunca conté donde estudié antes. Era otro tipo de oportunidad, otra visión. Al mismo tiempo que arranqué a cursar conocí a Gabriela Previtera, que es otra de las profesoras, una profesional impresionante que para mí es un lujo tenerla. Y encima me trata como a una par. La verdad que es ver el mundo que vivo de otra manera, y sé que me va a dar un salto de profesionalismo en todo lo que va a venir.

- ¿Cuándo comenzaste con el básquet?
- Arranqué a jugar a los nueve años. Hace tres temporadas que está en Ferro, jugando en la Liga Nacional. Me dedico a esto, mi trabajo es esto.

- ¿Se puede vivir del básquet?
- Hasta el año pasado no podía vivir del básquet solamente... a pesar de mi carrera y CV. En el básquet femenino son pocos los clubes en la Argentina que pagan muy bien. Y hablo de muy bien de $800 mil o $900 mil, o 1200 dólares algunos clubes. Otros podrían llegar a pagar hasta US$1500 si sos de la Selección, depende si sos o no titular. En la primera temporada que estuve en Ferro pagaba poco, en la segunda crecimos, y hoy en día tengo un sueldo con el que puedo vivir. Pero para poder llegar a eso y acompañar mi proceso tuve que meterme en el mundo de las publicidades, hacer crecer el Instagram, poder encontrarle la vuelta de vivir del básquet sin que sea jugando.

Siempre en el mundo del deporte, tanto en el básquet callejero como en el profesional. Tengo un estilo de juego muy particular, muy callejero dentro de lo profesional. Entonces, eso también atrae a muchas marcas. Aprendí a manejarlas, ya que es muy complicado cumplirles... Tuve que hacerme de un círculo económico alrededor de lo que era mi básquet. Yo me levanto a la mañana y vivo para comer, entrenar y descansar... más las Redes. Es mucho el gasto que tenemos entre nutricionista, médico, kinesiólogo... Tenemos muchas inversión los deportistas que nos dedicamos a esto. Y cuando el medio no lo tenés porque el club no paga bien, había que encontrarle la vuelta. Y así me abrí al mundo de la publicidad, las marcas y venderme en Instagram. Es poder mostrarme de otra manera y que me rinda en lo económico.

- Vos sos un producto que tenés que vender. ¿Cómo elegís qué postear en tus redes?.
- Hoy lo veo así, es cierto, pero siempre me traté de mostrar como soy. Al que me ve y me conoce de toda la vida, no tiene problemas en mandarme un mensaje. También hay personas que no me conocen y no tienen problema tampoco en comunicarse conmigo por Redes. Intento ser lo más transparente con todos, que vean que soy una persona normal, que llegué a eso rompiéndome el lomo, con mucho laburo y mucho básquet. Y básquet callejero más que profesional.

- ¿Conocés mucho el circuito de básquet callejero?
- Lo recorrí muchísimas veces. Hay un montón de sitios que se conocen y otros que no. Trato de recorrerme todo lo que puedo. Hacíamos un tour con varios grupos de diferentes plazas para llevar el buen básquet a diferentes lugares donde no llega, y que todo el mundo empiece a conocer las plazas. De hecho, hay un Instagram que se llama el Playón Básquet (hacer CLICK AQUÍ para verlo) que tiene un recorrido y una ubicación de cada cancha en todo el GBA y CABA. De cada placita. Y creo que hay más canchas o potreros de básquet gratis que de fútbol, que hay más canchitas privadas. Quizás digo esto porque conozco más de básquet.

- También tenés un Pet Shop llamado "Street"...
- Es un emprendimiento de alimento para mascotas. Tengo un amigo que es dueño de varios depósitos de alimentos, y tengo un petshop online con mi pareja. Enviamos tres veces por semana alimento a los clientes. Por suerte tenemos una lista bastante grande y la seguimos manteniendo. Eso me acompañó cuando no teníamos tantos ingresos y necesitábamos recursos. Empezamos a sacar de donde no teníamos idea. Creamos el pet y hoy en día lo mantenemos. Además, me gusta también laburar de otra cosa que no sea el básquet porque necesito parar la cabeza también.

- Como deportista, sabrás que la carrera no es eterna. ¿Estudiar te ayuda para pensar en el futuro?
- Sí, sin dudas. No sabía hasta qué tan lejos se podía llegar hasta que empecé a meterme en ese mundo y me di cuenta que, si me lo propongo, puedo disponer de un mundo como es la televisión, ser conductora. En mi caso me encantaría poder comentar partidos de la NBA y la WNBA. Apunto a eso. Me tengo que meter de lleno en ese mundo, pero es así: de a poquito se va a ir escalando. Probar un poco de todo, ver el abanico amplio de posibilidades. Es lindo conocer.

- ¿Qué es el básquet para vos?
- Es mi vida. No me veo en otro mundo sin básquet. Es lo que puedo decir. Más allá de que hoy sea mi ingreso económico, cuando no lo fue también era mi vida. Cuando no era profesional también lo fue. En los momentos más difíciles que tuve, muy duros, que pasé por el básquet años de bulimia y anorexia, pude salir con el básquet mismo. Entonces, es mi vida, mi desamor, mi odio, mi día a día... Literalmente, es todo.