Noticia Destacada

Un campeón que venció los prejuicios

Emiliano está pronto a graduarse como diseñador gráfico en la Sede Rosario de la Universidad Abierta Interamericana. Diagnosticado de una enfermedad degenerativa desde su infancia desafió todos los límites y fue más allá, rompiendo moldes y superando prejuicios. Abanderado en el colegio secundario, destacado alumno universitario, y campeón nacional de futbol adaptado, vivió la emoción de representar al país en la Copa del Mundo 2017 de esta disciplina. El esfuerzo realizado, a pesar de los impedimentos surgidos durante el camino, y su espíritu de lucha, lo animan a continuar para conseguir los objetivos que se proponga.

 

Soy Emiliano López Cicero y vivo en la ciudad de Rosario. Cuando nací, a los 6 meses de vida me diagnosticaron Atrofia Muscular Espinal Tipo 2, esta es una enfermedad neurológica y progresiva que afecta directamente en la regeneración de las células madre. Esto implica que mis músculos no tengan la fuerza suficiente para un desarrollo normal.

Sin embargo, dicha patología no altera lo cognitivo en la persona, por lo que me permitió realizar las distintas etapas de aprendizaje con una relativa “normalidad”. Durante mi formación primaria y secundaria mis limitaciones físicas fueron aumentando. En consecuencia, los docentes fueron adaptándose a mis necesidades y así me permitieron seguir progresando.

El inicio de la secundaria para mí era un gran desafío, significaba tener varias materias con distintos profesores que desconocían mi situación. Pero de alguna manera tenía que enfrentar esta etapa. Por suerte tuve el acompañamiento de mis compañeros durante esos años, quienes hicieron que mis limitaciones físicas sean un factor secundario. Gracias a ellos y al esfuerzo de mi familia finalmente pude culminar ese ciclo como abanderado del colegio (N° 3133, Reverendo Padre José Margis).

Posteriormente llegó el momento de ingresar a la universidad, si bien estaba decidido a estudiar diseño gráfico, no tenía idea a dónde ir. Mi gran incertidumbre pasaba por encontrar un lugar adaptado, pero luego de buscar por diversos medios encontré a la UAI. Sin embargo, al ser privada, no estaba al alcance de mi familia, dado que mi padre era la única fuente de ingreso. Por suerte el colegio, que conocía mi situación, decidió hacerse cargo de la cuota durante mi primer año, enterándome de esto en el transcurso del cursado, ya que no querían que lo supiera. Luego, sinceramente desconozco quién o quiénes se hicieron cargo de los gastos de mi carrera los tres años restantes. Por lo que estaré eternamente agradecido, con el colegio y quién haya cubierto mis estudios estos años, por permitirme ir en busca de mis sueños y deseo haber estado a la altura de lo esperado de mí.

Al comenzar la carrera, nunca hubiera imaginado lo que realmente significaba ser diseñador gráfico. Fui descubriendo diversos conceptos, herramientas y áreas del diseño, que me ayudaron a tomar decisiones y formarme profesionalmente.

Durante los cuatro años tuve distintos profesores, pedagógicamente muy bien capacitados, que me permitieron encontrar distintos recursos para alcanzar mis metas y trabajos a pesar de mis limitaciones físicas. Por otro lado, un factor fundamental fue la accesibilidad del edificio, porque muchas veces las barreras arquitectónicas son un motivo que terminan frustrando a las personas con capacidades diferentes. Por ello, quiero agradecer a la Universidad, directivos de la carrera, profesores y personal de la institución por hacerme sentir como uno más durante estos 4 años.

En simultáneo a estas etapas transcurridas, en el año 2013 comencé a practicar un deporte que me apasiona, fútbol adaptado para personas con discapacidad motriz. La disciplina se juega en una cancha de básquet con las mismas medidas y es de 4 vs 4, con un arquero y tres jugadores, utilizando una silla de ruedas motorizada especial, mucho más baja que las estándares y con más potencia para impulsar la pelota. Tuvimos la suerte de que nos apadrine el club Rosario Central, prestándonos su predio en la Subsede del Cruce Alberdi para las competencias y entrenamientos, además de darnos las camisetas para utilizar en partidos.

En estos años participamos de torneos nacionales e internacionales junto a mi equipo Máquinas Guerreras y logramos con mucho esfuerzo alcanzar tres títulos nacionales, siendo uno de los equipos que más campeonatos obtuvo en el país.

Estás actuaciones llevaron a quedar convocado junto a tres integrantes del equipo para jugar en la Selección Nacional. Participamos en varias copas internacionales y salimos campeones con la selección, en el año 2017 clasificamos por primera vez a un mundial, el cual se disputó en Estados Unidos. Esta fue una experiencia única y de mucho aprendizaje que nos permitió progresar a un nivel más profesional y lograr el séptimo lugar en la copa del mundo.

Haber transcurrido todos estos ciclos y experiencias, me permitieron aprender muchas cosas y hacer grandes amistades. También ayudaron a formarme tanto en lo personal como en lo profesional y hoy en día me encuentro finalizando la tesis, para que en poco tiempo pueda recibirme como licenciado en Diseño Gráfico.