“Vera y el placer de los otros”. Un éxito con sello rosarino y de la UAI
Luego de un nutrido recorrido por importantes festivales internacionales de cine como el Mar del Plata, siendo ganadora de un premio Astor a la Mejor Dirección; el de Miami; el 36º Vancouver Queer Filmen; o el D'A Festival Cinema Barcelona, donde recibió un reconocimiento de la crítica, el equipo de realización de la película “Vera y el placer de los otros”, integrado por profesores, graduados y ex docentes de la Universidad Abierta Interamericana, visitaron la Sede Rosario para dialogar con la comunidad educativa de la Licenciatura en Producción y Realización Audiovisual (PRAV) sobre esta galardonada ficción.
La dirección, a cargo de los exdocentes Romina Tamburello y Federico Actis, contó la labor de los actuales profesores Lucas Pérez, Augusto Robert, y María Elia Rodríguez, quienes intervinieron en la dirección de fotografía, arte y producción, respectivamente. Asimismo, los graduados de PRAV, Romina Ferreyra, Danalí Riquelme, Natalia Mogianovsky, Estefanía Andreotti, Denise Chautemps y Gonzalo Serra, de desempeñaron en sonido, asistente de cámara y montaje.
La historia tiene como protagonista a una adolescente que comienza a explorar su sexualidad, donde el descubrimiento del placer resulta en un encuentro impensado con los otros. Este trabajo realizado sobre la intimidad permite reflexionar sobre los temores y deseos que experimentan los jóvenes en una etapa de transición a la vida adulta.
Vera es una chica que vive en Rosario y que reparte sus días entre el vóley, la escuela y un pasatiempo secreto: subalquilar por un par de horas un departamento vacío para que otros adolescentes tengan sexo. Para esto, roba las llaves del 3º B a su madre que administra esa propiedad, entre otras. La joven empieza a escuchar a los fugaces inquilinos detrás de la puerta, descubriendo un nuevo goce.
La graduada, Danalí Riquelme, comentó: “Mi rol en la película fue el de montajista. “Vera fue mi primer largo de ficción. Fueron meses de mucho trabajo y recuerdo ese largo proceso con mucho cariño, donde aprendí y entendí muchísimo. Por ejemplo, lo importante que es construir desde el sonido (y más en una película como esta en la que la escucha es algo tan presente), entre tantas otras cosas”.
“Participar en este proyecto fue muy lindo y enriquecedor, Romi (Tamburello), Fede (Actis) y Santi (King) siempre me dieron el espacio para proponer y creo que, junto a ellos y a todo el equipo que trabajó, logramos una película hermosa de la cual estoy muy contenta de ser parte. Eternamente agradecida por la confianza y la posibilidad de ser la montajista”, sentenció.
Estefanía Andreotti explicó que su actuación en la película fue como segunda asistente de dirección. “Mi tarea era la de articular y comandar el mundo del elenco (actores) de los extras. Durante la preproducción trabajé junto con Juan Nemirovsky, director de casting, seleccionando y filtrando el reparto. Luego, colaboré con el vestuario y el make up, articulando también las pruebas. Finalmente, a la hora del rodaje, me encargué de las citaciones, preparación y coordinación de los actores en el set”, indicó.
Por su parte, el docente de PRAV Augusto Robert contó: “En Vera formé parte del equipo de Arte en avanzada, bajo la dirección de Arte de Lucas Comparetto. El equipo se compuso por Carolina Cairo (ambientadora), Anju Manaker (asistente) y nuestro equipo de avanzada: Matías Stramazzo, Marcos Reche, Manuel García, y yo”. Reveló que el trabajo de este grupo de profesionales consiste en realizar las construcciones y armados de los espacios en donde se filmará, antes de la llegada del equipo de rodaje.
“Trabajamos mucho en la locación principal de la historia que es el departamento en alquiler de Vera. Necesitábamos convertir un departamento que poseía varios ambientes en un monoambiente vacío, algo venido a menos y en proceso de alquiler. Para eso sellamos puertas, construimos una cocina falsa y aplicamos un armario falso que tenía mucha importancia narrativa en la historia. En ese departamento estuvimos trabajando una semana antes de la filmación, y una vez terminado el proceso de rodaje estuvimos tres días para desarmarlo y devolverlo en las mismas condiciones que lo recibió la producción”, recuerda.
Robert agregó: “Todo proyecto que se realiza en esta ciudad, y que tengo la suerte de participar, me genera un orgullo inmenso. Creo que es muy importante que sigamos acompañando estas producciones que con mucho esfuerzo son realizados por equipos humanos que aman lo que hacen y que invierten su energía y su experiencia en poder contar una historia que conmueva finalmente a los espectadores”, y concluyó: “Me gusta pensar que cada vez que una historia se cuenta desde estas latitudes abrimos la mirada para que el público descubra realidades diversas, identidades otras, más allá de las hegemonías de Capital Federal y el extranjero. Poder contar las historias que nos representan desde nuestra perspectiva regional nos ayuda a reflexionar sobre quienes somos”.