Entrevista de un alumno UAI a Julián Obaya, corresponsal de guerra en Israel
Julián Obaya es periodista y productor de TN, y ahora está realizando sus primeras experiencias frente a cámara como corresponsal de guerra en Israel. El alumno Ignacio Alagastin lo contactó y realizó la siguiente entrevista*:
- ¿Cómo estás viviendo esta experiencia de cubrir el conflicto como corresponsal de guerra?
- Profesionalmente es una gran experiencia, es la primera frente a la cámara. Soy periodista, pero desde hace 18 años que trabajo como productor y, actualmente, soy jefe de redacción en en canal de noticias TN. Estaba de vacaciones en Europa y me ofrecí a venir. Sabía que venir desde la Argentina era más complicado y entonces podía llegar antes y realizar algo con un cámara local o un teléfono. Simplemente estar antes de que llegase un periodista. Llegué el martes 10, y Nelson Castro y Martín Magaldi, el cámara, llegaron el jueves 12.
Ya venir fue una experiencia complicada, yo estaba en una región de España bastante al Sur, tuve que tomar un auto hasta llegar a Huelva, un tren a Madrid de cinco horas de viaje, de ahí un vuelo a Frankfurt y luego otro a Jordania, porque los aéreos estaban suspendidos. Una vez en Jordania averigüé cómo llegar a Israel y empezó otro periplo. Me tuve que tomar dos autos a la frontera y luego arreglar para que otro me fuese a buscar y traerme a Tel-Aviv en un viaje de tres horas. Ahí empezó mi tarea. Empecé a salir con mi teléfono por las calles. Ahora que lo pienso fríamente fue una locura, porque estaba totalmente solo, llamaba a taxis locales que me llevaran y no sabía qué hacer si sonaba una alarma. Ahora somos un equipo de cinco personas, con dos locales. Tenemos otras medidas de seguridad.
Esto es todo nuevo para mí: salir en cámara y debutar en una guerra, lo cual es complicado. Siento que hay dos cosas que no tenés que perder aquí. Una es el miedo, que es lo que te mantiene vivo y te marca los límites. De hecho, las dos primeras noches me costó mucho dormir porque no conocía el sonido de las sirenas y recién el tercer día escuché cómo era una sirena y recién ahí pude dormir bien. No sabía qué tan fuerte era el sonido ni cómo suena. Después, los primeros días que se hablaba mucho de los "infiltrados", que me tocó vivir una situación en la que la policía mató a uno de los terroristas, estaba mirando por todos lados porque no sabía si un terrorista podía salir de algún lado. Estaba todo muy latente. Los primeros días tenía ese miedo.
Otra de las cosas que no hay que perder como periodista es la sensibilidad. Estamos contando historias, nos metemos en casas que fueron incendiadas, destrozadas, gente que mataron. A los lugares donde entramos pisamos charcos de sangre, vemos balazos, bombas que suenan a dos kilómetros de donde estamos. Entonces, me parece que eso no hay que perderlo, por más que uno lleva tiempo acá y naturaliza lamentablemente los sonidos de la guerra. Para contarlo, no hay que perderlo de vista.
- En las calles: ¿Cómo ves la situación y cómo la viven los ciudadanos?
- En los poblados que están más al sur, que son los que tienen mayor peligro, prácticamente están evacuados o queda muy poca gente que prefirió quedarse en el lugar, o los esenciales. Hoy veíamos un tambo que necesita trabajo diario y esas personas se quedan o van y vienen al lugar. En Tel Aviv, que estás un poco más alejado, es raro. Te levantás a la mañana y quizás ves gente en la playa, haciendo surf o tomando sol. Son los menos, pero es como que algunos tratan de hacer una vida normal... dentro de todo. Pero la gente quiere que se termine, hay muchos que están sufriendo porque todos tienen a alguien acá a quien le mataron o tienen algún desaparecido. Entonces, es un país que está sufriendo.
- ¿Cómo se manejan para informar desde una región tan inestable y peligrosa? ¿Cuáles son las medidas de seguridad que toman para mantenerse a salvo?
- Hay que cuidarse, usar chaleco y casco. Nosotros lo conseguimos al tercer día. Al principio costó mucho conseguir, de hecho, hay muchos militares que no tienen chaleco y casco. Esos son los primeros recaudos que tomamos. Después, cuando sabemos que vamos a una zona donde sabés que tenés 15 segundos para esconderte en el refugio, cuanto más te vas acercando a la zona de peligro, menos tenés para ir al refugio. Por ejemplo en Tel Aviv tenés un minuto y medio, y en zonas que estás a dos o tres kilómetros de la Franja de Gaza, tenés 15 segundos. Entonces, estando ahí visualizamos enseguida el refugio, o si vamos en el auto nadie escucha música, video, ni nada de eso. Tratamos de ir en silencio para escuchas si suenan las sirenas fuera del auto. Hoy fuimos a kibutz que estaba a dos kilómeotros de la Franja y los soldados nos explicaban que no nos separemos del grupo, que si escuchamos una sirena nos tiremos al suelo o vayamos al refugio. Acá no te podés hacer mucho el loco porque si no, no la contás, hablando mal y pronto.
- ¿Podés compartir alguna experiencia personal impactante que hayas presenciado allí?
- Ya un poco lo que les contaba antes de llegar hasta acá, fue una experiencia personal fuerte. Llegué a Jordania a las cuatro de la mañana y estando ahí, un territorio bastante hostil porque es una cultura ajena a la que uno no está acostumbrado, me acuerdo que me comunicaron que cancelaron los vuelos y no sabía cómo pasar a Israel. Si no cruzaba era una frustración enorme en mi carrera, pero logré pasar.
Otra experiencia fue un día que salí solo con mi teléfono, para no despertar a mis compañeros, estaba saliendo en vivo y no me di cuenta que pasaba por la puerta de una escuela. Una persona me preguntó qué hacía sacando fotos, sacó el arma y llamó a la policía. Cayeron cuatro policías y yo a todo esto seguía transmitiendo en vivo, porque le decía al productor que no me dejara de transmitir. Duró unos 25 minutos. No sabía cómo explicarle que era periodista porque no tenía la credencial encima ni chaleco y fue todo muy complicado. Primero la persona que me detuvo era personal de seguridad de la escuela, cuando llegaron los policías había uno que hacía de "bueno". En un momento prefería levantar las manos, nadie me lo pidió, pero para demostrar que no representaba una amenaza. Todo quedó grabado porque seguía saliendo en vivo. Esa fue una situación muy complicada que me ayudó a entender que no puedo salir solo y menos sin el chaleco de periodista. Tampoco podés grabar o salir en vivo desde cualquier lugar. Muchos soldados te piden que no le muestres la cara.
- ¿Cuál es el mensaje más importante que esperas transmitir a través de tu cobertura?
- Cuando me ofrecía avenir y luego llegué, me di cuenta que los israelíes te piden todo el tiempo que muestres las imágenes del horror, lo que hicieron los terroristas. Yo creo que mi objetivo acá como periodista es tratar de mostrar la mayor cantidad de imágenes y tratar de transmitir de la mejor manera posible lo que es una guerra. Que es destrucción, que no tiene lógica, que los que atacaron no tienen ningún tipo de sensibilidad. Esa parte, es la que trato de concentrarme yo: contar las historias, qué estaba haciendo la gente el día del 7 de octubre cuando los atacaron, lo que es dejar tu casa, lo que es que alguien esté secuestrado, que te maten a un familiar... De alguna manera, a pesar de las diferencias de idioma, tratar de contar un poco y traspasar la pantalla con eso. Cuando estoy delante de cámara o en el rol de productor, cuando me toca producir salidas al aire a Nelson. Eso es lo que me interesa más a mí: tratar de contar lo que está viviendo el pueblo israelí. Después, si lo hacemos bien o mal, lo dirán los que nos ven, pero eso es lo que intentamos.
* Entrevista realizada por el alumno Ignacio Alagastin, estudiante de 1er. año de la carrera de Relaciones Internacionales en la UAI, Sede Regional Rosario. Este realizó un trabajo de análisis junto un grupo de compañeros sobre el conflicto Israel y Palestina, para la materia "Geografía económica y política", de la profesora Jesica Judith Gindin. La entrevista fue parte del mismo.
Ignacio Alagastin, estudiante de la UAI.