Cerró un ciclo tras 20 años de haber terminado su última materia

Ramiro Roca (48) acaba de graduarse como abogado de la UAI, tras dejar "colgada" la tesis por casi 20 años. Fue uno de los alumnos que cursó el primer plan de estudios de Abogacía de la UAI en 1997, y formó parte de la segunda camada de cursadas en la Sede Castelar de la universidad.

Si bien hizo toda la carrera en cinco años de manera rápida, dio su última materia el 23 de marzo de 2003 y allí colgó la tesis hasta el 21 de marzo de 2023, cuando la presentó y defendió. "Por dos días, no se cumplieron 20 años de que había aprobado la última materia", recuerda Ramiro.

La realidad es que, cuando comenzó a estudiar, él ya tenía trabajo de bancario y sabía que quería jubilarse de eso, que es lo que le gustaba y donde, a su entender, la carrera mucho no le servía para su día a día. "La verdad es que hoy ya tengo más de 25 años en bancos y lo que siempre hice no tiene nada que ver con lo que estudié, con el derecho y la parte legal", aseguró.

Y explicó: "A mí no me sumaba tener o no el título en el trabajo, ni económicamente ni profesionalmente. Ese fue uno de los motivos por los que no me recibía. El segundo, fue que cuando tuve 23 años empecé a planificar otras cosas, me terminé casando, tuve hijos, la casa, etc. Siempre había otras prioridades que hicieron que no le haya puesto ganas a terminar la tesis".

"Pienso que no me voy a dedicar al derecho y creo que me voy a jubilar de bancario, que es lo que me gusta hacer. Pero esto lo digo hoy, capaz que en cinco o diez años me ofrecen algo en la parte legal del banco y lo pienso. El tema es que siempre estuve por otro lado dentro de lo que son las finanzas", detalló.

Además, dijo que terminar la carrera era "algo que tenía pendiente". "Ahora que mis hijos están más grandes y que tengo más tiempo, me puse. En seis meses la pude hacer. Culmino con este ciclo y lo cierro", sentenció.

- Supongo que elegiste para la tesis un tema relacionado a lo bancario. ¿No?
- Sí, el tema era hacer un trabajo que sea innovador, que esté bueno y que me lleve un tiempo prudencial. Por eso fue por lo cual nunca me había puesto a hacerlo, porque tenía otras prioridades que no eran esa. Elegí el tema de compliance y prevención de lavado de activos y financiamiento de terrorismo, que tiene muchísimo que ver con el sistema financiero. Algunos bancos tienen un sistema de compliance, en la Argentina no está muy difundido, pero sí el tema de la prevención de lavado. Los bancos un sistema de prevención de lavados de activos tienen que tener, porque están obligados a tenerlos. Como yo de eso algo entendía, y tuve muchos cursos de capacitación, es un tema que lo tenía y me gusta. Lo vivo desde hace muchos años. Me fui para ese lado porque me gustaba. En la Argentina no le dan mucha bola hoy al compliance, pero empezó a hacer ruido el tema de las transparencias, aunque pero no está muy firme porque no es normativo. En la Argentina sabemos que llega todo siempre más tarde.

- ¿Estudiaste Derecho por un legado familiar?
- No por un legado de alguien que me dijera que tenía que estudiar, pero sí te puedo decir que iba a Tribunales desde que tenía dos años, por lo cual conocía mucho el ambiente de acompañar mucho a mi papá al trabajo. Cuando tenía dos o tres años, para mí era una aventura que mi papá me trajera hasta la Capital porque al mediodía, él trabajaba en Tribunales, me llevaba a comer a Pumper Nic. Era todo nuevo y novedoso. Es decir que fui desde siempre. Mi esposa, que la conocí estudiando en la UAI, también es abogada, así que siempre estuve relacionado al derecho. Si bien nadie me dijo qué tenía que estudiar, como recién estás saliendo de algún lado como la secundaria, y si bien ahora está cambiando todo eso... es como que necesitás un libro. En cualquier empresa, aunque no tenga nada que ver con lo que hacés, el futuro ayuda.

- ¿Por qué decís que el título no te servía en lo económico en el Banco?
- Es que al ser procurador, el título medio, que ya lo tenía y no percibía nada por recibirme de abogado. Si trabajás en una empresa privada como trabajé yo toda la vida, tenés que cumplir ciertos objetivos, no se fijan en qué títulos tenés. Al menos en ese rubro. Si trabajás en un Banco Público, como trabajo hoy en el Nación... acá se fijan un poco más en qué estudiaste y no qué es lo que hacés. Vi un informe que en las empresas públicas tenían más títulos que en las privadas, porque ahí no importa mucho el cartelito que tengas, sino que seas bueno.

- ¿Y por qué no estudiaste otra cosa?
- Cuando arrancás a trabajar, pensás que con un título te suma mucho más. En mi caso en particular, no me sumaba, pero por lo general sí es así. Y me pregunté: ¿Qué me pongo a estudiar? Si me ponía con administración, contador, etc., iban a ser todos parciales y finales escritos. En el Derecho yo tenía la facilidad de que todos los finales eran orales. Mi metodología fue ir siempre a la facultad, traté de no faltar nunca. Me di cuenta que si iba a todas las clases, podía ver qué le gustaba a los profesores y yo estudiaba específicamente más lo que habían dado en clase. Tuve un único dos en la libreta y fue más que merecido. En el año 98, cuando entré a trabajar en el Banco Río, si tenías 20 materias de cualquier carrera subían mucho el sueldo. Tenía 18 materias aprobadas y tenía que aprobar sí o sí cuatro materias para que me duplicaran el sueldo. Aprobé tres y una no pude. Es que me mandé porque estaba muy jugado. Pero el profesor se dio cuenta y me dijo: 'No estudiaste nada Rojas ¿no?' La verdad que no, le contesté (Recordó entre risas). Al poder hablar, yo le podía demostrar al profesor que aunque una cosa no la supiera, sí sabía de todo lo demás. Tenía facilidad, distinto a tener que realizar un examen escrito. Fue por eso, pero si buscamos raíces: mi papá fue abogado, mi señora es abogada y conozco los Tribunales de toda la vida.