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Un alumno de la UAI representó a la Argentina en el World Youth Festival en Rusia

Maximiliano Loza (21) es de La Paz, Mendoza, un pequeño pueblo al este de la provincia que le quedaba "chico" para sus ambiciones y ganas de conocer el mundo. Su motivación lo llevó primero a la Ciudad de Buenos Aires, donde se mudó a vivir solo en el 2021, y este año dio su salto a Europa en un intercambio estudiantil. Además, acaba de ser uno de los representantes argentinos del World Youth Festival (hacer CLICK AQUÍ para conocer el sitio oficial), que se realizó del 1 al 7 de marzo en la Ciudad de Sochi, de la Federación Rusa.

Cursa la Licenciatura en Relaciones Internacionales en la Universidad Abierta Interamericana y, en simultáneo, realiza la Licenciatura en Negocios Digitales en la Universidad del CEMA. Asegura que estudia las dos carreras debido a su interés por la tecnología, la gestión empresarial, las finanzas, data analytics, la política, el funcionamiento de las instituciones/organizaciones internacionales, las dinámicas globales y la política exterior.

"Tomé la decisión de embarcarme en un programa de estudio universitario dual. Me encuentro estudiando dos carreras universitarias simultáneas que abordan estos campos interdisciplinarios. Además, estoy complementando mi formación académica con una diplomatura en Gestión Legislativa, impartida por el Senado de la Nación. Esta experiencia me brinda la oportunidad de profundizar mi entendimiento en relación con el funcionamiento de las instituciones gubernamentales y el proceso legislativo en nuestro país. Lo cual lo considero fundamental para mi desarrollo profesional y personal en el ámbito público", destacó.

Adicionalmente, debido a que su interés por las ciencias políticas se incrementó debido a los distintos programas educativos y congresos en los que participó, está evaluando la posibilidad de realizar una doble titulación en Relaciones Internacionales con Ciencias Políticas en la UAI.

Desde febrero que se encuentra en Madrid, España, realizando un intercambio cuya oportunidad fue el resultado de su constante búsqueda de nuevas oportunidades y aventuras. "Siempre estoy atento a convocatorias y programas educativos interesantes. Durante el último año, participé activamente en varios hackatones, torneos de debates, congresos, entre otros eventos, donde afortunadamente logré destacarme y obtener premios por mi desempeño", aseguró.

"La idea de estudiar en el extranjero comenzó mientras investigaba diferentes programas en Internet y consultaba al Departamento de Cooperación Internacional para obtener información sobre los distintos programas que se ofrecen; y saber sobre requisitos y plazos de presentación de documentos. Ya habiendo investigado, evalué las distintas opciones que tenía disponibles y postulé. Luego de meses de espera y planificación, estuve bastante ansioso frente a la posibilidad de no ser seleccionado por la universidad a la que me había postulado, ya que sabía que las universidades buscan a los mejores candidatos, teniendo en cuenta aspectos como calificaciones y expediente académico", contó. Su espera valió la pena pena: desde principios de febrero estudia en la Universidad Alfonso X el Sabio, una prestigiosa institución privada.

- ¿Qué fue lo que más te costó adaptarte de Europa?
- No sé si hubo algo que me costara, pero podría mencionar algunas cosas notorias cuando llegué. Lo primero, la diferencia horaria; el jet lag me pegó bastante. También el hecho de que en Argentina estábamos en verano y acá en pleno invierno, no me gusta para nada el frío así que eso fue duro. Otra cosa que se me viene a la mente son las costumbres de acá. Se suele almorzar muy tarde, yo en mi casa en Argentina almuerzo a las 12/12:30, mientras que acá el horario es después de las 14 y para mí eso ya es muy tarde. Además, la cena suele ser más temprana en comparación con Argentina, con lo que el merendar ya quedó atrás. Prácticamente, no meriendo porque entre el almuerzo y la cena, para mí, no hay mucho tiempo.

- ¿Cuándo volverías a la Argentina?
- A priori, mi regreso a Argentina sería a finales de julio. Sin embargo, estoy evaluando otras opciones debido a las oportunidades que han surgido para continuar mi formación en Europa, tanto en el ámbito de la tecnología como en el de las ciencias sociales, que son áreas que me interesan particularmente. Además, hace poco me incorporé como miembro del equipo ELSA (European Law Students Association), lo que me ha abierto la posibilidad de realizar prácticas internacionales en países europeos. Por lo tanto, mi regreso a Argentina dependerá de una evaluación para determinar qué opción es la más conveniente en este momento.

SOBRE EL WYF

- Representaste a la Argentina en el World Youth Festival: ¿De qué se trató esto?
- Sí, tuve ese privilegio. Para comprender la relevancia de este evento, me parece importante contextualizar su origen y propósito. Tiene sus raíces en la posguerra de la Segunda Guerra Mundial, cuando jóvenes de todo el mundo se reunieron para discutir y organizarse frente al emergente orden mundial. Este festival es heredero de la Conferencia Mundial Juvenil, que concluyó el 10 de noviembre de 1945 en Londres. Convocada por el Consejo Mundial de Juventud, esta conferencia reunió a representantes de más de 63 países, abarcando diversas tendencias políticas y religiosas, con el propósito de explorar soluciones y visiones compartidas para los desafíos globales.

Históricamente, la Federación Mundial de la Juventud Democrática solía organizar este evento. Sin embargo, en esta ocasión, Rusia tomó la iniciativa de organizar el festival, abordando una amplia agenda que incluye temas cruciales como el medio ambiente y otras problemáticas globales.

Esta edición 2024 reunió a jóvenes de más de 180 países de todas las regiones del mundo, América, Oriente Medio, África, Eurasia, Asia y Oceanía, y Europa, representando una amplia diversidad cultural y geográfica. Este encuentro congregó a especialistas en una variedad de campos, como negocios, política, medio ambiente, relaciones internacionales, comunicación, cultura, etc. con el objetivo de fomentar un movimiento juvenil global centrado en la idea de justicia y fortalecer el papel de la juventud en el emergente sistema de relaciones internacionales. Promoviendo la unión de los jóvenes en torno a la idea de un mundo multipolar, abogando por el fortalecimiento de las relaciones entre todos los continentes. Plantea el intercambio de experiencias de diversas comunidades, el aprendizaje mutuo y el establecimiento de nuevos paradigmas para abordar desafíos globales presentes en nuestras sociedades.

A pesar de que se llama “Festival”, NO fue una fiesta, sino una plataforma de debates y charlas (científicas, tecnológicas, políticas, etc.), competencias de formación en áreas como energía nuclear, tecnología nuclear, biotecnología, física, historia, literatura, actividades deportivas y culturales. Además, se facilitaron espacios y recursos para networking y realización de proyectos.

Adicionalmente, tuvimos la oportunidad de sostener reuniones con personas importantes en el ámbito político, incluido un encuentro con el actual presidente ruso, Vladimir Putin. Fue una combinación perfecta entre conocimiento, aprendizaje, diversión, formación, debate y compartir. El programa fue bastante amplio y cada uno pudo elegir las áreas de trabajo en las que quería participar.

Realmente, fue un sinfín de actividades interesantes. Por el lado recreativo y cultural, tuvimos la oportunidad de disfrutar conciertos de reconocidos artistas rusos, espectáculos de danza, canto y más. Este aspecto recreativo y cultural añadió un toque adicional de enriquecimiento a la experiencia del festival.

El Festival nos brindó la oportunidad de discutir los desafíos que enfrenta la juventud a nivel mundial. En un mundo marcado por la creciente concentración de riqueza, la agravación de la contaminación y el cambio climático, así como el enfrentamiento de las oligarquías contra los derechos de los pueblos, el WYF fue un espacio vital para abordar estos temas y proponer soluciones colaborativas.

- ¿Por qué fuiste elegido vos?
- Fui seleccionado tras un proceso exhaustivo (con bastantes filtros) y muy competitivo, que involucró a jóvenes de todo el mundo. Como mencionó el Comité Nacional Preparatorio de Argentina para el WYF, en una carta dirigida a mí, "el participante fue seleccionado mediante un proceso sumamente competitivo en el que participaron trescientos mil jóvenes de todo el mundo...". Si bien fue un proceso tedioso, realmente cada minuto dedicado a mi postulación valió la pena. Desde el primer momento en que me enteré de esta oportunidad, que fue a través de un canal de difusión de una red social que está enfocada a programas educativos, supe que debía postularme.

El proceso de postulación implicó una serie de etapas. Inicialmente, tuve que completar un detallado formulario con información personal, laboral y académica, así como también proporcionar evidencia de mis logros, certificados de idiomas, cursos y cartas de recomendación. Cada certificado y reconocimiento sumaba más puntos, es por ello que el haber solicitado una carta de aval a las autoridades de la UAI fue parte crucial de mi postulación y sin dudas, fortaleció mi perfil ante el comité evaluador.

Adicionalmente, tuve que seleccionar una temática, propuesta por los organizadores, y redactar un ensayo sobre dicho tema, así como grabar y subir a la plataforma un video en inglés explicando las razones por las cuales creía que debía ser elegido para representar al país en este programa. Todo este proceso se llevó a cabo en dos idiomas: ruso e inglés, lo que representó un desafío adicional, pero también una oportunidad para demostrar mis habilidades lingüísticas y de comunicación en un contexto internacional.

Después de aproximadamente dos meses de haber finalizado el proceso de selección, recibí la noticia a través de un correo electrónico: el comité había evaluado mi postulación y había decidido que formaría parte de la delegación que representaría a mi país en el Festival Mundial de la Juventud.

Cuando recibí la noticia, experimenté una amalgama de emociones: incertidumbre, alegría, miedo y orgullo. Sin embargo, en el fondo reconocí que esta era una oportunidad única para conectarme con jóvenes de todo el mundo y contribuir al diálogo global sobre temas que son relevantes para la juventud en el contexto actual. Estaba muy honrado de tener la oportunidad de viajar para representar a mi país en este destacado evento internacional.

- ¿Qué tareas y/o funciones hiciste allí durante el evento?
- Como representante de Argentina, tuve la oportunidad de desempeñar una amplia gama de tareas y funciones. Desde el primer día, tuvimos un calendario repleto de actividades que abarcaban desde reuniones estratégicas hasta paneles de discusión y jornadas de formación. Por las mañanas, participábamos en diversas reuniones estratégicas donde discutíamos temas de relevancia mundial y coordinábamos acciones con otros delegados. Cada representante argentino tenía una agenda personalizada, adaptada a sus responsabilidades y áreas de especialización.

Además de las reuniones formales, también estuve activamente involucrado en paneles de discusión y actividades culturales, junto con delegaciones de todo el mundo. Estas instancias promovían el intercambio intercultural y la colaboración entre jóvenes de diversas procedencias. Gracias a mi formación en relaciones internacionales, fui asignado a formar parte de la Community of IR & Diplomacy, una red exclusiva donde representantes de distintos países se unían para discutir y abordar cuestiones globales de importancia y diseñar proyectos a largo plazo. Estas reuniones fueron cruciales para intercambiar perspectivas, establecer vínculos y desarrollar estrategias conjuntas que nos permitieran enfrentar los desafíos del mundo actual.

- ¿Qué expectativas tenías de Sochi y qué fue lo que te encontraste en la ciudad? ¿Qué te sorprendió más?
- Cuando llegué a Sochi, me di cuenta de que mis expectativas iniciales eran diferentes a la realidad que encontré. A pesar de ser una ciudad importante, especialmente por haber albergado los Juegos Olímpicos (de invierno), me sorprendió descubrir lo vibrante y bien cuidada que estaba. Esta percepción contrastaba con mi impresión inicial, especialmente considerando el contexto geopolítico de Rusia y su conflicto con Ucrania. Antes de mi llegada, imaginaba que la ciudad sería diferente debido a estas tensiones, pero me alegró encontrar una ciudad acogedora y enérgica.

En cuanto al clima, temía que el frío fuera insoportable y estaba preocupado por llevar suficiente abrigo. Sin embargo, aunque hacía frío, fue manejable y no tuve problemas con la cantidad de abrigos que llevaba. Además, la organización del evento nos proporcionó un kit con prendas adicionales, lo que fue de gran ayuda.

Algo que me sorprendió durante mi estadía en Rusia fue la actitud de los rusos. Antes de viajar, tenía la impresión, compartida por muchos, de que los rusos eran personas frías. Sin embargo, mi experiencia fue completamente diferente. Aunque algunas personas mayores podrían parecer un poco distantes, los jóvenes eran extremadamente amables y hospitalarios. No encontré a nadie con una actitud negativa, como solemos decir en Argentina, "mala onda".

Además, quedé sorprendido no solo por la actitud de los rusos, sino también por el interés generalizado de personas de todo el mundo hacia los argentinos. Uno de los motivos de este interés se debía al fanatismo por el fútbol; las personas nos veían y nos gritaban ¡MESSI! ¡VAMOS ARGENTINA! Esto creó un ambiente muy acogedor. Durante todo el evento, constantemente nos pedían fotos, lo cual fue un tanto inusual pero muy lindo. Me hizo sentir como una celebridad y contribuyó a que mi experiencia en Rusia fuera aún más especial.

- ¿Cómo fue el viaje de ida y de vuelta?
- En el viaje de ida tuve una montaña rusa de emociones. Como estoy estudiando en Madrid, me tocó salir solo desde acá, a diferencia de los otros becarios que formaban parte de la delegación argentina que partieron en su mayoría desde Buenos Aires. Al principio, me sentí un tanto abrumado por el hecho de dirigirme a Rusia, un país que, actualmente, está en plena guerra. A pesar de esto, sentí una fuerte determinación de ir en ese momento. Quería representar a mi país y comprender más profundamente la situación. Como estudiante de relaciones internacionales, esta oportunidad me llamaba poderosamente la atención. Así que decidí subirme al avión, a pesar de las dudas y las voces de precaución. Quería experimentar esta realidad de primera mano y poder conectar con personas de diferentes partes del mundo. Realmente quería aprovechar esta oportunidad porque, como dice el famoso refrán: “el tren pasa una vez en la vida”. Sabía que no podía dejar pasar esta oportunidad, que no podía dejar pasar el tren y no subirme, especialmente considerando el riguroso proceso de selección que tuve que superar para ser seleccionado. Realmente estaba decidido a sumergirme en esta experiencia única.

Durante el viaje, tuve la oportunidad de conocer a personas de otros países que también viajaban a Rusia para el mismo evento, lo que hizo que no me sintiera tan solo en el trayecto.

A la vuelta, estuve bastante nostálgico. Este evento marcó un antes y un después en mi vida. Nunca antes había visto tantas personas de diferentes lugares reunidas en un solo evento, compartiendo sin importar las diferencias. Fue una experiencia gratificante poder intercambiar opiniones, costumbres y experiencias con personas de todo el mundo. Por eso digo que el festival cambió vidas; sentir que, a pesar de las diferencias físicas y mentales, todos estamos unidos compartiendo ideas y poniendo manos a la obra para un mejor vivir. Sentir que fuimos elegidos para contribuir a mejorar la realidad fue inspirador, y me motivó a querer inmiscuirme más en ciertas problemáticas.

Así que bueno, me fui de Rusia con muchos contactos, amigos y recuerdos inolvidables. Mi equipaje de mano estaba repleto de regalos: pines, chocolates, souvenirs, banderas, libros, entre otros. Me fui muy contento por todo lo que viví y satisfecho porque sé que representé a mi país de la mejor manera posible.

- ¿Cómo calificarías tu experiencia en la UAI?
- Como integral. Destaco, en particular, el apoyo constante y la accesibilidad en la comunicación que he recibido por parte de los profesores y el personal administrativo. La disposición del cuerpo docente para ayudar en todo momento ha sido notable, y las autoridades universitarias han contribuido a que me sienta cómodo. Algo simple, pero significativo para mí, fue cuando recibí la noticia de mi selección para el WYF. El rector de la universidad tomó la iniciativa de comunicarse personalmente para felicitarme, lo que añadió un toque de cercanía y familiaridad a mi experiencia.

Por otro lado, mencionar las oportunidades adicionales de formación y los programas de capacitación que la universidad ofrece. Particularmente tuve la oportunidad de realizar un Programa Ejecutivo en Consultoría Política, el cual me permitió adquirir una comprensión más profunda de los procesos políticos y estratégicos. Durante el programa, tuve la oportunidad de trabajar en proyectos prácticos que me desafiaron a aplicar mis conocimientos teóricos en situaciones reales. Considero que estos recursos han sido fundamentales para ampliar mis conocimientos y habilidades más allá del aula, preparándome para enfrentar los desafíos del mundo profesional con mayor confianza y competencia.

Como soy un amante de participar en extracurriculares, aprecio enormemente el compromiso de las autoridades universitarias en la organización y búsqueda continua de estos eventos, tales como simulacros, congresos y otras actividades para los estudiantes. Este enfoque activo contribuye significativamente a enriquecer la experiencia universitaria, como mencioné anteriormente, haciéndola más completa e integral.

- ¿Recomendarías la UAI a otros estudiantes?
- Sí, definitivamente. Es una casa de estudios con alto nivel y un excelente cuerpo docente. Mi experiencia al transferirme desde otra institución fue muy positiva: el proceso de homologación de materias fue rápido, lo que me permitió mantener mi progreso académico sin contratiempos. Además, el hecho de que hayan aceptado prácticamente el 100% de mis equivalencias fue fundamental para evitar retrasos innecesarios y no quedar relegado con el avance de la carrera. Considero que la UAI ofrece una combinación perfecta de excelencia académica, oportunidades de formación, acompañamiento pedagógico y apoyo administrativo.