Un nombre grabado a fuego en la historia del futbol argentino

Selena Chamorra es una joven jugadora de Rosario Central e ingresó por la puerta grande en los anales del futbol nacional al convertir el primer tanto de la era profesional, en el triunfo canalla por 5 a 1 ante Villa San Carlos de La Plata. Así como el incipiente torneo femenino de la Asociación del Futbol Argentino (AFA) va sorteando prejuicios, Selena tuvo que superar los propios desde pequeña. Siendo una niña jugaba con sus hermanos y hasta le impidieron competir en una competencia infantil masculina. Ahora, está enfocada en culminar sus estudios como kinesióloga en la Sede Rosario y seguir compitiendo en el más alto nivel deportivo, mientras piensa endisfrutar de todo el proceso que conlleva vivir estas experiencias ya que son parte del crecimiento”.  

 

- ¿Cómo iniciaste tu camino en el futbol?

- Mi camino en el fútbol lo inicié a los 4 ó 5 años, desde pequeña me atrapó. Todo comenzó por diversión, me gustaba pasar tiempo con mis hermanos y esa era la manera. Me pasaba tardes y noches jugando al fútbol con ellos y sus amigos más grandes. En ese tiempo sólo tenía una amiga a la que le gustaba jugar al fútbol conmigo, pero no siempre podía. Por ende, yo era la única nena jugando.

 

- ¿Sentiste en algún momento ciertos prejuicios por jugar al futbol?

- En cuanto a los prejuicios, nunca me los tomé personal. Sí había gente que se asombraba al verme jugando o comentaban sobre el hecho. Asimismo, recuerdo que en el primer equipo que jugué, en el cuál eran todos varones, no me dejaron jugar una liga con mis compañeros porque la organización del torneo no permitía que jueguen las nenas. Quizás no fue un prejuicio, pero si impactó como tal.

 

- ¿Cuál fue la respuesta de tus seres queridos?

- La respuesta de mis seres queridos fue positiva. Claro que existían ciertas dudas, pero luego todo cambió para bien. En ese momento, no sólo mis padres no estaban preparados para ver a su hija jugando al fútbol, sino que la sociedad tampoco lo estaba. A medida que pasó el tiempo todo fue cambiando y se tomó como algo más habitual ver a una mujer jugando al futbol. Mi padre fue mi sostén desde el comienzo, él siempre me acompañó y estuvo ahí en cada paso que di en este deporte.  En cambio, a mi madre le costó un poco todo esto, pero cuando realmente se dio cuenta que esto era lo que a mí me hacía feliz no dudó y hasta el día de hoy me acompaña junto con mi padre.

 

 

- ¿Cómo fueron tus primeras prácticas de fútbol?

- Mi comienzo en una práctica de fútbol fue toda una incógnita al principio, muchas dudas e inseguridades. Me costaba hacer amigas o charlar con alguna compañera, pero tuve la suerte de que mi madrina fue la persona que me acompañó a las practicas, ya que ella también practicaba fútbol, y todos esos primeros momentos en el club los viví con ella y gracias a ella.

 

- ¿Cómo llegaste a Rosario Central?, ¿qué recordás de tus primeros pasos en el equipo?

- Mi llegada a Rosario Central se dio gracias a mi madrina. La verdad que en ese momento yo estaba muy alejada del fútbol porque estaba practicando atletismo. Desde muy chica realizaba este deporte también, pero a mediados del año 2017 sentía que debía cerrar esa etapa para vivir nuevas experiencias. Días más tarde mi madrina se contacta conmigo para invitarme a una prueba de jugadoras que estaba realizando el club y ella quería que yo la acompañe. La verdad que todo esto iba a ser un reencuentro con lo que a mí me apasionaba desde muy chica por lo tanto accedí. Allí comenzó la aventura. Estuve unas semanas en la escuelita, recuerdo que entrenábamos en una canchita de futbol 5 de tierra que tenía solamente un arco y había un árbol gigante en la mitad. Luego pasé a reserva donde viví momentos maravillosos y recién, a principios del año 2019, logré estar en Primera.

 

- ¿Cómo viviste la participación y el paso a participar en la primera liga femenina profesional?

- Haber vivido el comienzo de liga profesional fue increíble, jamás me imaginé una cosa así. Tenía muchas emociones juntas, una mezcla de felicidad, ansiedad, nerviosismo e incertidumbre. Tanto yo como mis compañeras disfrutamos mucho y hoy en día, estamos muy agradecidas de poder seguir viviendo este sueño que alguna vez hemos tenido.

 

- ¿Qué significó para vos haber marcado el primer gol del profesionalismo?

- Es algo que jamás me voy a olvidar, es un recuerdo que voy a llevar conmigo para siempre. En ese mismo momento en el que ocurrió, no sabía que iba a generar tanta repercusión. Al principio para mí fue un gol más porque sinceramente no tenía noción de lo que estaba pasando. Yo sólo pensaba en jugar y en poder sumar con el equipo, no importaba quién hiciera el gol. Al finalizar el partido mucha gente que no conocía me felicitaba por haber convertido el primer gol y poco a poco comencé a comprender lo que sucedía, lo que había hecho. Aún hoy recuerdo cada momento de ese partido y de ese viaje con una sonrisa. Significa mucho no sólo para mi carrera sino en lo personal, es muy gratificante ya que es un reflejo de todo el esfuerzo hecho.

 

 

 - ¿Cómo fue el reciente retorno del torneo luego de tanto tiempo de parate?

- Luego de tanto tiempo el retorno al torneo fue algo que esperábamos mucho. Nadie se imagina vivir una pandemia ni mucho menos que sea tan larga. Si bien nosotras seguíamos entrenando, ya sea vía Zoom u otro medio, a medida que disminuían ciertas restricciones, y obviamente siempre tomando los recaudos, retornamos al campo. De todas maneras, no era lo mismo, físicamente nos afectó como al resto, pero en cuanto a lo colectivo aportó al crecimiento, nos unió como grupo y como equipo.

 

- Si tuvieras que describirte como jugadora ¿qué características te distinguen dentro de la cancha?

- Yo creo que una característica mía dentro la cancha es la velocidad. Desde chica me gustaba mucho correr y la verdad que el deporte que he practicado con anterioridad al fútbol me ayudó bastante a mejorar esa característica. Dentro del campo de juego se viven cosas buenas y otras no tan buenas. A veces uno se frustra mucho cuando no consigue lo que quiere, y en lo personal trato de luchar conmigo misma para no bajar los brazos porque sé que en algún momento se verá reflejado el esfuerzo que uno hace para llegar a dónde está. Es ahí donde se tiene que estar convencido, no dejar de insistir y dar lo mejor en cada entrenamiento y en cada partido. Ser positivo es una pieza fundamental en la vida de un deportista, te permite crecer y eso es lo que trato de transmitirle a mis compañeras, tanto dentro como fuera de la cancha.

 

- ¿Cómo es un día habitual en tu vida, con respecto al entrenamiento y al estudio?

- La verdad que con el día a día trato de estar enfocada en mis objetivos, tanto en el estudio como en el deporte. Son dos grandes oportunidades y experiencias que no quiero dejar pasar. No soy de organizar ni mucho menos planear mis cosas o mis horarios, pero eso no quiere decir que no tenga en claro lo que quiero lograr el día de mañana. En este momento me gustaría poder rendir de la mejor manera en ambas responsabilidades, aunque a veces se dificulta un poco dependiendo del ritmo que uno lleva. Por la mañana le dedico tiempo al estudio, mientras que por la tarde trato de estar enfocada en lo que es el entrenamiento, el club y el equipo. Por último, pero no menos importante, es tener un buen descanso y una buena alimentación para comenzar el siguiente día.

 

- ¿Cómo llegaste a la kinesiología? ¿te ves vinculada al deporte a través de tu formación?

- En estos años de deporte he tenido algunas lesiones que me han acercado a esta gran profesión. Ya desde el primer año de secundaria tenía en claro lo que quería y cada vez que me preguntaban que iba a estudiar siempre respondía: kinesiología. Además, me interesa mucho lo que es la biología y me gusta poder ayudar a las personas. Si pensamos un poco a futuro, luego de mí carrera como futbolista, me encantaría poder seguir en el ambiente del deporte, pero desde este otro lugar. 

La UAI me permitió poder cumplir uno de mis objetivos que es estudiar una carrera universitaria. Por dificultades económicas no he podido comenzar antes, pero la Universidad me abrió las puertas, y hasta el día de hoy nos brinda las herramientas necesarias para atravesar esta hermosa etapa de la mejor manera. Siempre voy a estar muy agradecida de todo lo que estoy viviendo, no sólo a la UAI sino también al Club Atlético Rosario Central y a aquellas personas que aportaron en el camino para que yo pueda vivir esta gran experiencia.