Cuando la familia no alcanza, vos podés ser la mejor opción

Por Ariel Blajos*

El trasplante es un tratamiento médico indicado cuando toda otra alternativa para recuperar la salud se ha agotado. Se trata del reemplazo de un órgano y/o tejido enfermo, sin posibilidad de recuperación, por otro sano que asume la función del órgano dañado del receptor, salvándolo o mejorando su calidad de vida.

La médula ósea es un tejido esponjoso ubicado en la parte central de los huesos del tórax (esternón) y huesos pélvicos, donde se fabrican las células sanguíneas. Estas células circulan en la sangre cuando se estimula su salida de la médula ósea, y también se encuentran en la sangre del cordón umbilical y de la placenta. Hay enfermedades que se caracterizan porque el organismo produce, en exceso, defecto o de forma anómala, un tipo concreto de células sanguíneas derivadas de las células madre presentes en la médula ósea.

Las células madre pueden ser donadas en vida por un familiar compatible o un donante voluntario. El procedimiento consiste en la infusión de células precursoras hematopoyéticas o CPH provenientes del propio paciente (trasplante autólogo) o de un donante (trasplante alogénico). Para efectuarlo, en una primera etapa, al paciente se le destruyen las células enfermas mediante tratamientos que combinan quimioterapia y/o radioterapia y a continuación se infunden al paciente las células extraídas del donante.

Dentro del grupo familiar, los hermanos son los mejores donantes para un paciente que necesita un trasplante de células madre, debido a las características hereditarias comunes que los suelen hacer compatibles. Sin embargo, sólo entre un 25% y un 30% de los pacientes tiene la posibilidad de encontrar un donante familiar compatible, esto significa que tres de cada cuatro pacientes no tienen donante compatible de médula ósea en su grupo familiar y necesitan recurrir a un donante no emparentado.

Por eso resulta importante promover la donación entre personas no emparentadas y para ello se recurre a registros internacionales de donantes voluntarios. Contar con estos registros de donantes amplios se vuelve vital: cuántos más donantes inscriptos existen, y más variadas son sus identidades genéticas, mayores son las posibilidades de los pacientes de encontrar una o un donante lo suficientemente compatible para un trasplante no familiar. En tal sentido existe la Red internacional BMDW (donantes mundiales de sangre y médula ósea), que agrupa a 54 registros de 40 países con más de 12 millones de donantes efectivos.

En Argentina, promover la donación voluntaria de médula implica inscribirse en el Registro Nacional de Donantes Voluntarios de CPH (www.incucai.gob.ar), lo cual es un acto solidario, voluntario y altruista que les da una oportunidad a los pacientes que no tienen donante compatible en su familia.

Las condiciones para poder donar médula ósea requieren estar saludable, tener entre 18 y 40 años, pesar más de 50 kilos y donar una unidad de sangre. El donante ideal es quien es donante habitual de sangre, es decir, que ya que ha pasado reiterados controles médicos y de serología. De esta manera se garantiza una donación segura y libre de transmisión de posibles enfermedades.

*Especialista en Medicina General y Familiar. Docente, coordinador responsable de la Comisión de Extensión Universitaria y del Voluntariado de la carrera de Medicina de la Universidad Abierta Interamericana de la Sede Rosario.