Educación y proceso de atención de enfermería en la práctica

Por Liliana Ponti*

La enfermería como carrera humanística que asiste al cuidado de la salud de la comunidad en este momento de pandemia ha puesto en evidencia la demanda actual de profesionales en el sistema de salud. Como disciplina, los avances en la formación y capacitación constantes están en pleno desarrollo, pero estos adelantos en el conocimiento no se reflejan en la práctica imperante.

Aún hoy, se continúa con servicios asistenciales, demandantes de técnicas y procedimientos, con escasa dotación de personal que no pueden estar acorde con los índices de atención ideales, y presiona a un profesional más orientado al hacer que a pensar en las necesidades del sujeto.

El concepto de cuidado es la clave de la evolución de la enfermería y surge como un constructo en la dinámica de detectar las necesidades de los individuos. Desde ese lugar, se realza el rol en la práctica que es el espacio donde se brindan los cuidados, cuyo fin es la transformación interactiva entre la necesidad del individuo y la satisfacción de las mismas. Para el desarrollo del rol, la enfermería tiene una herramienta de destreza y conocimiento que favorece el pensamiento crítico, compuesto por cuatro pasos: valoración diagnóstica, planificación, ejecución y valoración. Esta estrategia es el Proceso de Atención de Enfermería (PAE).

La necesidad de un enfermero crítico, abierto, con mirada de alerta ante los cambios en las necesidades humanas, torna al PAE esencial en el desarrollo de la actitud de analizar o evaluar, fortalece la estructura o consistencia de los razonamientos para brindar los mejores cuidados.  Esta problemática planteada de la demanda actual nos llevó a la hipótesis de que el PAE no es utilizado como una herramienta de trabajo cotidiano y, si se realiza, se fractura en la primera etapa de valoración, por la falta de profundización en la misma, y en la última, la evaluación, por falta de tiempo.

La etapa de valoración es el acopio de datos en forma sistematizada, mientras que la etapa de evaluación consiste en la comparación de los cuidados brindados con los objetivos previstos. Desde este lugar surgió una investigación con docentes y estudiantes de la carrera para indagar en la utilización de esta herramienta tan necesaria para la práctica. Desde lo metodológico se abordó la inclusión de estudiantes de tercer año que estaban terminado su práctica y enfermeros con más de cinco años de recibidos. La recolección de datos se realizó en espacios asistenciales de dependencias públicas y privadas.

La riqueza de esta investigación fue su resultado, pudiendo concluirse que en función de la frecuencia de aplicación de la herramienta PAE en los distintos servicios, implica una instrumento necesario y útil en la práctica, siendo el más utilizado en la base operativa, incluido en este rango al estudiante en su práctica preprofesional. Hay conocimiento de las distintas etapas del proceso, pero el exceso de trabajo influye en la no realización. Esto fortalece la mirada que el modelo imperante y la heterogeneidad en los servicios de salud, sumado a los cambios sociales y la mercantilización, establecen en las instituciones prestadoras, que cuando no está bien visualizada, solo se traduce en exceso de trabajo, y en la imposibilidad que el propio profesional de enfermería realice una mirada introspectiva de su quehacer.

Las etapas del proceso se cumplen, pero están fortalecidas la valoración y la evaluación, y se disgregan en la planificación con una escasa ejecución de los cuidados que fueron considerados al inicio del proceso. Estos resultados son muy importantes para entender que las dinámicas institucionales deben invertir la mirada con respecto al volumen global de trabajo y a los índices de atención que tienen sus servicios, si quieren brindar cuidados de enfermería de calidad. Desde el marco del proceso formativo la identificación de los factores que favorecen u obstaculicen el desarrollo del pensamiento crítico, y de las incumbencias profesionales, como es la educación para la salud, es un elemento esencial de la profesión.

La educación para la salud y/o educación para el autocuidado, nos induce a reflexionar que, como no basta explicar el hecho singular subsumiéndolo bajo las abstracciones, se necesita explicarlo desde la singularidad concretamente. El profesional de enfermería debe realizar desde su herramienta practica el PAE, la educación siguiendo los criterios para la programación educativa de sistematización, orden y secuencia, y no centrase en la información como propuesta de educación para el alta.

 *Directora de la Licenciatura en Enfermería. Doctora en Enfermería