Instrumentación quirúrgica, medicina y género

Carla Belatti es estudiante de la carrera de Instrumentación Quirúrgica de la Facultad de Medicina, de la Universidad Abierta Interamericana.

Recientemente, escribió la siguiente nota de opinión acerca de la relación entre la Instrumentación quirúrgica, la medicina y el género.

Instrumentación quirúrgica, medicina y género

Les instrumentadores quirúrgiques nos encontramos a diario con la subestimación de nuestras tareas en el quirófano, siempre considerades como “pasa pinzas”, cumpliendo un rol secundario en las cirugías y muchas veces generalizades dentro del género femenino, aunque en la actualidad hay varios hombres desempeñándose en la profesión.

Esto se debe a que, históricamente, las tareas asistenciales han sido delegadas a las mujeres, en parte porque en la época de guerras los hombres eran los que iban a batalla, quedando sólo mujeres al cuidado de los heridos y, por otra parte, por la creencia de que la enfermería era una extensión de las tareas domésticas, esencial para establecerla como una ocupación femenina, que además se desvalorizó en comparación a las ocupaciones “masculinas”, en particular la medicina.

Se puede reconocer entonces, la injerencia de los roles de género establecidos culturalmente, junto con los prejuicios culturales en la elección de carrera y en el valor que se le da a la misma en el campo práctico y social. En cuanto a la instrumentación quirúrgica, en principio eran las mismas enfermeras quienes se registraban como “enfermeras instrumentadoras”, hasta alrededor de 1965, cuando los hospitales comenzaron a entrenar civiles como instrumentadores.

Si bien en la actualidad han disminuido este tipo de afirmaciones y la deconstrucción de las concepciones sociales opresoras es visible en varios aspectos de la vida de las personas, aún siguen habiendo agresiones, discriminación y exclusión hacia las mujeres y disidencias, motivo por el cual, es de gran relevancia la intervención activa de la perspectiva de género en las instituciones políticas, educativas y laborales.

Creo que es fundamental ser conscientes desde nuestro lugar de estudiantes, profesionales o docentes, de la existencia de estas desigualdades y problemáticas, para poder darle a la profesión el valor que se merece y poder derribar construcciones patriarcales que dificultan el crecimiento personal y social.