Investigación y compromiso: VIH-SIDA

Por Marcela Agostini*

En el Centro de Altos Estudios en Ciencias Humanas y de la Salud (CAECIHS), existe un área de trabajo sobre VIH-SIDA, dentro de la línea de investigación en farmacología clínica.  Desde hace más de una década hemos estudiado a este virus y su relación con las alteraciones óseas y respiratorias, la salud mental, los factores de riesgo cardiovascular, las interacciones medicamentosas, las neoplasias, y los embarazos, así como los tratamientos antirretrovirales disponibles, la epidemiología y las acciones necesarias para la prevención de la enfermedad.

Sin dudas, ha sido un largo recorrido estudiando, examinando, cotejando, y comparando nuestros resultados y los hallados por otros estudios e investigaciones realizados por centros nacionales e internacionales. Actualmente, estamos analizando al virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) y las comorbilidades asociadas, lo cual nos impone un reto importante, interesante y desafiante en pos del beneficio del paciente.

A partir de la instauración del tratamiento antirretroviral de alta eficacia (TAAE), esta enfermedad consiguió convertirse en una patología crónica. Un antes y después. Hoy por hoy, podemos mencionar que I = I, es decir indetectable = no transmisible. Todos estos avances de los que podemos dar cuenta y hemos vivenciado, son una verdadera enseñanza y demuestran que debemos estar atentos y ser flexibles ante toda situación que pueda cambiar en corto o largo plazo.

Ahora bien, las comorbilidades que hoy estudiamos se deben a una multicausalidad, tales como: la infección por el VIH, el TAAE y la inflamación permanente que produce este virus. Este fenómeno se observa en los pacientes con tratamiento y en aquellos que tuvieron su diagnóstico antes del TAAE.

Un estudio realizado en España, en pacientes diagnosticados antes del año 1997, describe las características clínicas epidemiológicas de las personas con VIH, a los que se considera como supervivientes de larga evolución (SLE). Tenían una media de tratamiento de 25 años, eran en su mayoría hombres, y la mitad tenía tres o más comorbilidades, además de la infección por el VIH. Las principales enfermedades asociadas fueros: dislipemia, hipertensión arterial, y diabetes mellitus, encontrándose el fenómeno de la polifarmacia, es decir la utilización de varios fármacos en forma simultánea

Por tal motivo nos vimos en la necesidad de llevar adelante nuestro propio estudio y analizar nuestra realidad. Este análisis sobre 300 pacientes viene realizándose desde hace ya más de 4 años, y hemos presentado diferentes trabajos en congresos mostrando nuestra situación. Las patologías presentes como comorbilidades fueron, al igual que el estudio antes mencionado, la hipertensión arterial en primer lugar, luego la dislipemia, y finalmente la diabetes mellitus tipo II, como las tres más frecuentes. También hemos identificado al tabaco, al alcohol y al consumo de drogas estimulantes dentro de sus hábitos. Con relación a la presencia de otras infecciones de transmisión sexual, encontramos co-infección con hepatits B y/o C, sífilis y herpes.

Otro dato muy relevante fue la cantidad de esquemas antirretrovirales utilizados, en la gran mayoría de los casos más de tres. Las razones que motivan sus cambios son variadas: intolerancia digestiva, reacciones adversas, falta de adherencia, resistencia, interacciones medicamentosas y falla virológica.

El camino por recorrer aún es largo, persisten los desafíos y la necesidad de la continua capacitación y el trabajo interdisciplinario.

* Directora del Centro de Altos Estudios en Ciencias Humanas y de la Salud – Sede Rosario. Docente de la carrera de Medicina