La infección por VIH en Argentina
Por la Dra Marcela C Agostini. Matrícula 12909. Profesor titular Semiología y Profesor Adjunta Medicina Interna I y II, carrera Medicina, sede Regional de Rosario UAI. Directora del CAECIHS sede Rosario.
Nos encontramos a 4 décadas de los primeros casos que se reportaron, la identificación del agente etiológico y los primeros antirretrovirales. El año 1995 fue crucial, ya que se implementa el tratamiento antirretroviral de alta eficacia TAR, el cual, a lo largo del tiempo, fue dejando de lado algunos fármacos, fueron surgiendo nuevos, con características muy importantes, tales como: menor cantidad de píldoras, menos efectos indeseables, menor resistencia y desde hace algunos años, ya contamos con tratamientos duales, simplificados.
Durante todo este tiempo, los equipos de salud trabajaron incasablemente no solo en el tratamiento de la patología y sus enfermedades oportunistas, sino que se contemplaron todos estos escenarios:
- Conformar equipos de trabajo: Esta patología necesita de todos los profesionales de la salud, cada uno en su área, y juntos tratando las situaciones complejas.
- La prevención, mediante el testeo, en campañas, en los efectores; folletos; consejería en el lugar de trabajo; charlas en colegios, ONG, eventos, universidades y todo lugar que nos permitiera estar.
- La formación continua: capacitación, congresos, eventos, jornadas. Presentación de casos, ponencias, talleres, panelista.
Un recorrido por los datos, siempre nos permite ver una foto de la realidad actual y fundamentalmente analizar los resultados y encontrar un por qué. La cantidad de pacientes que se estiman de personas viviendo con VIH en Argentina es de 139000, de las cuales el 83% conoce su diagnóstico y el 17% restante lo ignora.
Estas cifras nos hacen reflexionar acerca de un lema que se había propuesto que era Metas para 2020: 90-90-90. Qué significado tiene: se quería llegar a que el 90% se encuentre diagnosticado, de los diagnosticados, que el 90% se encuentre en tratamiento antirretroviral, y que el 90% cumpla con el tratamiento.
Argentina, trabajó arduamente para llegar a estas metas, no se pudieron concretar en su totalidad, se trabajó mucho, y resta seguir trabajando Ya desde hace 2 años, las metas son las siguientes: 95-95-95, para 2025, tenemos que estar lo más cerca posible de las cifras propuestas.
La distribución, ahora ha cambiado, 2.1M/F y la edad al diagnóstico se encuentra en la década de los 30 años, más frecuentemente entre los 32 y 33 años.
Nuestro país, tiene una gran fortaleza en relación a tratar a los pacientes con VIH. Tanto a nivel público como privado, se entrega la medicación sin costo alguno para el paciente. Solamente el paciente tiene que concurrir al efector, y luego de ser visto por un profesional, se empieza el control y tratamiento. Un aspecto muy importante a destacar es que ya hace varios años, todo paciente con serología positiva requiere tratamiento. Hay solo una excepción que son los pacientes controladores de elite, quienes su sistema inmune, presenta características especiales, y no necesitan ser tratados.
En relación con la cantidad de casos, se ve un patrón bastante similar en los últimos años. Eso nos hace pensar, que tenemos que intensificar las políticas y medidas en promoción y prevención de la patología, ya que estas cifras deberían ir disminuyendo año tras año:
Las cifras actuales son: Cada año: 5500 nuevos infectados, 5800 personas notificadas, 35% diagnóstico tardío, mueren 1500 pacientes
Los datos que se registran en cuanto a la prevalencia de VIH son los siguientes: Mujeres trans un 34%. Hombres que tienen sexo con otros hombres 12 a 15%. Usuarios/as de drogas inyectables 4 a 7%. Trabajadores/as sexuales y/o en situación de prostitución 2 a 5%. Personas en contexto de encierro 2.7%. Jóvenes y adultos/as de toda la población 0.4%
Al analizar las vías de transmisión del VIH vemos que más del 98% de las infecciones se producen por relaciones sexuales sin protección. Esta forma de contagio se viene repitiendo desde hace más de una década, los esfuerzos en minimizar los contagios aún son los suficientes.
En varones podemos ver: Un 56.3% por relaciones sexuales sin protección con varones. Un 42% por relaciones sexuales sin protección con mujeres. Un 0.8% transmisión perinatal. Un 0.8% compartir material para usar drogas inyectables. 0.2% otros
En mujeres: Un 97.1% relaciones sexuales sin protección con varones. Un 2.6% transmisión perinatal. 0.2% compartir material para usar drogas inyectables. 0.1% otros
Si nos preguntan cómo prevenir, la respuesta es SEXO SEGURO+ PRESERVATIVO.
En relación con transmisión vertical, tenemos estos datos: De cada 100 bebés nacidos en el año 2017 de mujeres gestantes con VIH positivo, 4.6 fueron positivos/as. Esta cifra debe ser llevada a 0. ¿Y por qué digo 0?, porque contamos un protocolo, el cual proporciona una reducción del 100%, lo importante es llegar a todas las mujeres embarazadas, ya que muchas concurrir a un efector en el momento del parto y es ahí cuando conocen su situación serológica.
En relación con la enfermedad coexisten diferentes escenarios o situaciones: Algunos pacientes concurren cuando la enfermedad ha avanzado y presentan enfermedades oportunistas, como Tuberculosis, Histoplasmosis, Meningitis a Criptococo o neoplasias. Cuando llegan a la consulta sus valores de CD4 soy muy bajos y la carga viral para el VIH es muy alta. Otros, por el contrario, son adherentes al tratamiento y cumplen con todos los controles. Estos pacientes presentan muy buena inmunidad y van envejeciendo con la infección. Es decir, el tratamiento permitió la cronicidad y los pacientes son ahora adultos mayores de 70 años. En esta situación se plantea el desafío de las comorbilidades, tales como hipertensión arterial, diabetes mellitus, dislipemias y neoplasias.
Otro tema muy importante a analizar son la interacciones medicamentosas, esto se debe al uso de diferentes fármacos: los antirretrovirales + para la hipertensión, diabetes, dislipemia, asma, ansiolíticos. Los profesionales de la salud debemos estar atentos, a esta situación y analizar siempre las combinaciones que prescribimos.
AGING y VIH. El tema de hoy, los pacientes gracias al tratamiento han envejecido, y por lo tanto las enfermedades propias de cada edad, coexisten, haciendo el manejo del paciente más complicado y cuidadoso.
En relación con los esquemas de tratamiento antirretrovirales, ya son más sencillos, menos cantidad de pastillas. Hay tratamientos simplificados a dos drogas, los cuales disminuyen los efectos indeseables, y además contamos ahora con tratamientos con nanosupresores (rilpivirina y cabotegravir), que permiten reemplazar los medicamentos de toma oral, por inyecciones subcutáneas cada 2 meses.
Una pregunta que siempre surge es acerca de la posibilidad de ERRADICAR el VIH. Para ello necesitamos de PREVENCIÓN + CURA
Para CURA, HAY QUE erradicar el reservorio latente. Consiste en la eliminación de la replicación del VIH, mediante el trasplante de células madre, tenemos el caso del paciente Berlín y Londres. Además, tenemos que hablar de una CURA funcional, luego de que suspendamos el tratamiento antirretroviral.
Ahora bien, para PREVENCIÓN ya sabemos y debemos continuar con las siguientes medidas: Sexo seguro. Uso del preservativo. Reducción del daño. Profilaxis post exposición. Profilaxis pre exposición. Vacuna.
Con respecto a la VACUNA PREVENTIVA, el protocolo MOSAICO se lleva a cabo en América y en Europa. En América en Estados Unidos, México, Perú, Brasil y en Argentina. En nuestro país en 4 centros de investigación. Tres en Buenos Aires y uno en Rosario, donde tengo el honor de ser parte del estudio.
Nos preparamos el año pasado y teníamos previsto comenzar en marzo, por la pandemia pudimos empezar en octubre. Es un estudio, con voluntarios, dura dos años, y los resultados estarán para el año 2023. Es muy emocionante para mí, ser parte de este proyecto, sumar mi granito de arena, en esta patología que algún día se podrá vencer.
Mi experiencia en esta patología y estar, acompañar y tratar a los pacientes, tiene dos grandes momentos. Al principio, de estudiante, acompañando al paciente y a la familia. Luego cuando empecé la residencia y hasta ahora, seguí acompañando al paciente, escuchando sus preguntas, sus dudas, sus preocupaciones y a su familia y a seguirlos como su médico. Numerosas experiencias, recuerdos, conversaciones, vienen a mi memoria: en la sala, en la guardia, en los consultorios, atendiéndolo en su casa. Me quedo con cada una de ella, he aprendido mucho de ellos, y yo seguiré cada día capacitándome más, para poder dar lo mejor de mi