Movimientos elegantes y una destreza imposible

La gimnasia artística es una disciplina que requiere de deportistas con condiciones físicas excepcionales para la ejecución de movimientos corporales complejos y simultáneos, a una alta velocidad. Gino Fortese, es graduado de la carrera de Kinesiología y Fisiatría en la Sede Rosario, y desde muy pequeño comenzó a transitar el camino que lo llevó a ser un referente en la región dentro de esta modalidad de la gimnasia. “Siempre fui una persona muy inquieta y desde chico me gustaba hacer acrobacias y treparme a los árboles. Un día mi amigo de toda la vida, Esteban, me mostro algunas acrobacias geniales que había aprendido en este deporte. Fue ese día cuando decidí que tenía que empezar a practicar con él, esos ejercicios” recuerda Gino

A los 7 años comenzó con los entrenamientos en el Club Sportivo Baradero, de su ciudad natal, y finalizó la carrera deportiva en el Club Atlético Provincial de Rosario, donde continúa con la práctica recreativa de la disciplina. “Mi entrenadora desde los comienzos fue Patricia Giordani, y en Rosario los entrenadores que me ayudaron fueron Juan Carlos Pinto y Mariano Giuliano, a los cuales les agradezco infinitamente por la paciencia y su sabiduría. La importancia y responsabilidad de los entrenadores en la gimnasia artística es muy amplia, comenzando desde el desarrollo de las capacidades físicas de sus deportistas, hasta el apoyo psicológico que deben brindar en cada clase, ya sea para realizar ejercicios nuevos o prepararnos para enfrentar la competencia, mejorar cada día un poco más y, aún más importante, que crezcamos como personas, debido a que pasamos la mayor parte del día en el gimnasio junto a ellos”, afirma Gino.

 

- ¿Cómo es la preparación previa a una competencia?

- En cuanto a lo que respecta a la alimentación, concurrimos en diferentes momentos a nutricionistas para que nos guíen. De mi parte debo decir que no fui demasiado estricto con las dietas, siempre fui muy intuitivo a la hora de alimentarme, pero es verdad que llevo una dieta muy balanceada y nutritiva desde que nací. En las semanas previas a las competencias los entrenamientos se vuelven más duros, se busca replicar los estímulos de un torneo, a veces con el doble de intensidad. En las últimas jornadas estas intensidades bajan para tener la energía suficiente el día de la competencia.

 

- A tu entender, ¿cuáles son los torneos más relevantes en los que participaste?

- Dentro de los torneos que considero más importantes en los que participé están los ingresos a Elite. Esto son torneos niveladores para mantener o ingresar por primera vez al Nivel Elite o Nivel A. No fue fácil para mí llegar a este punto, tuve muchos fracasos al intentar entrar a este nivel y cada vez que uno fracasa las cosas parecen volverse más complicadas. Ya con algunos intentos fallidos y cursando la carrera de Kinesiología en la UAI en 2017, logré ingresar al nivel más alto dentro de la gimnasia artística y posteriormente competir todo el año en este escalafón.

 

- ¿Cómo se vive la competencia en una disciplina con un margen de error tan limitado?

- Las competencias son muy tensas y difíciles de llevar hasta que uno se acostumbra y empieza a hacer amigos. Ahí es donde todo toma sentido y uno entiende que todos los competidores se encuentran en la misma situación. Cuando comenzás a divertirte y sentirte bien, no debes olvidarte de mantener la cabeza fría, ya que cualquier movimiento en falso o distracción puede costarte el torneo, y en el peor de los escenarios causarte una lesión grave.

 

- ¿Tuviste apoyo económico de algún tipo?

- El apoyo económico más grande que tuve fue mis padres, lo cual siempre voy a agradecer, y también alguna ayuda pequeña he recibido del municipio (Baradero). Este deporte, como muchos otros, se consideran amateur. Uno entrena, se sacrifica y compite por amor a la disciplina.

 

- ¿Actualmente estás desempeñándote como entrenador? Desde tu experiencia, ¿qué buscas transmitirles a tus alumnos?

- Actualmente estoy dando algunas clases en Baradero, dirigida a jóvenes adultos con ganas de aprender algo nuevo. Elegí comenzar con estas clases porque me encanta este deporte y disfruto mucho enseñarlo y ver aprender cosas nuevas a los demás, aún más cuando deben superar sus miedos para avanzar. Como objetivo de mis clases espero transmitirles conciencia corporal, salud y sobre todo divertirse.

- ¿Tu recorrido deportivo te llevó a acercarte a la kinesiología?

- Elegí la carrera cuando estaba en mi último año de la secundaria, luego de realizar un viaje de entrenamiento a Colombia. Allí me di cuenta de que no podría haber soportado el duro entrenamiento de no ser por las sesiones de kinesiología preventiva y recuperadora que realizábamos diariamente. Por otro lado, cuento con un referente en el área, mi tío Alfredo Fortese, mi guía durante mis estudios y que actualmente lo sigue siendo.

 

- ¿Cómo conjugaste los tiempos entre el estudio y la práctica gimnástica?

- Armonizar los tiempos no fue tarea fácil. La gimnasia artística demanda muchísimo tiempo de entrenamiento, al punto que los gimnastas que competían en mi nivel solían realizar sus estudios de manera virtual para invertir más tiempo en el deporte. Por otro lado la carrera también requiere bastante dedicación, ya sea para los estudios, los horarios de cursada o los de práctica hospitalaria. Por eso, en mis primeros tres años, traté de hacer todo junto sin dejar de lado ninguna de las dos actividades. Esto fue posible gracias a la flexibilidad que ofrecía mi entrenador, sabiendo que también contaba con otras prioridades, pero a medida que las horas de prácticas kinésicas fueron aumentando tuve que empezar a disminuir mis tiempos de entrenamiento. En ese momento de tensión entre una cosa y otra logré alcanzar mis objetivos compitiendo todo el año en nivel Elite. Me sentí muy bien y satisfecho, fue entonces cuando decidí finalizar mis  entrenamientos para avocarme a la kinesiología al cien por ciento, apostando a una nueva pasión que se estaba formando.

 

- Como profesional de la kinesiología, ¿qué experiencias significativas podes rescatar de tu paso como alumno de la Universidad?

- Cómo experiencia en el paso por la Universidad me gustaría destacar la gran cantidad de prácticas que ofrece la misma. Pasamos por muchas instituciones, hospitales, centro y clínicas desde el primer año, lo cual ayuda muchísimo a sentir lo que vivencian los kinesiólogos en su vida cotidiana, y poder decidir si estamos en el lugar correcto o por el contrario, si la profesión realmente no era como la pensábamos. Un elemento de mi formación que quiero remarcar, y que es algo que se destaca mucho en la UAI, es entender que atendemos personas y no patologías, que es importantísimo desarrollar la virtud de escuchar al otro, y que no todos van a responder al mismo tratamiento porque somos diferentes y tenemos diferentes entornos. Otro elemento de la formación que debemos llevar con nosotros todo el tiempo es el hábito de estudio e investigación. Las ciencias de la salud evolucionan todos los días, si no mantenemos un ritmo de preparación y actualización constantes, vamos a recaer en el abordaje empírico y no en el basado en evidencia.

 

- ¿Dónde estás ejerciendo tu profesión?, ¿cuáles son tus objetivos?

- Actualmente estoy ejerciendo como kinesiólogo en el Hospital Privado SADIV de San Pedro, y haciendo domicilios en Baradero. Mis objetivos para el futuro son continuar estudiando para ser mejor kinesiólogo cada día, con una marcada inclinación al área de traumatología y kinesiología vestibular. Y como proyecto a corto plazo, estamos construyendo un centro de rehabilitación en Baradero, nuevamente con mucha colaboración de mis familiares, con el fin de ayudar a mucha gente y de la mejor manera posible.