Vuelta a la presencialidad: la experiencia de la Licenciatura en Producción de Bioimágenes
A punto de cumplirse un año y medio de pandemia de coronavirus, y con las medidas restrictivas más laxas, comenzaron con más asiduidad las clases presenciales, sobre todo, en carreras que requieren práctica.
Tal es el caso de la Licenciatura en Producción de Bioimágenes, que volvió a impartir en esta modalidad el jueves 2 de septiembre. Hablamos con el Lic. Diego González, Secretario Técnico de la Carrera, para que nos cuente la experiencia y cómo seguirá el tema de ahora en más.
- ¿Cómo fue la experiencia de la vuelta a la presencialidad en Bioimagenología 1?
- La experiencia fue realmente gratificante, tanto para mí como profesor, como para los alumnos. Esta pandemia nos puso a prueba a todos, particularmente en Bioimagenología 1, donde se aprenden a posicionar a los pacientes para hacer las radiografías. Fue todo un desafío explicar y demostrar estos conceptos en forma virtual; desafío que asumimos y llevamos adelante de la mejor forma, integrando nuevas herramientas y formas de transmitir conocimiento.
El Lic. Diego González, Secretario Técnico de la Carrera de Producción de Bioimágenes.
- ¿Está pensado volver a la presencialidad en toda la carrera?
- Creo que la pandemia nos deja todo un mundo de nuevas herramientas que no deberían ser sólo utilizadas en este tiempo. Creo que nos brinda la posibilidad de que algunas de las materias se dicten en forma virtual, pero en las que sí o sí se requiere la presencialidad, es necesario regresar a la institución. De igual forma, nosotros ya teníamos la carrera de la licenciatura a distancia para los técnicos radiólogos recibidos, y eso nos dio una base para poder implementar la semipresencialidad en algunas asignaturas.
- ¿Por qué recién se volvió ahora a lo presencial?
- Pienso que tuvo que ver con cuestiones meramente de prioridades que llevaba el gobierno; al ser la educación superior la que tenía mayor posibilidad de adaptarse a esta modalidad, no fue tenida en cuenta para realizar el regreso a la presencialidad rápidamente. Sin embargo, eso no debió ser así: muchas de las carreras, sino todas las relacionadas a la salud, requerían de una práctica necesaria y obligatoria que ni siquiera se pudo realizar en los primeros momentos de apertura del confinamiento.
- ¿Qué protocolos se aplicaron para la vuelta?
- En el caso de nuestra asignatura que tiene aproximadamente 40 alumnos, se dividieron en 2 grupos de 20: sólo uno de estos ingresa a las 19 horas con barbijo, con control de temperatura y la correspondiente declaración jurada. Tienen clase por espacio de una hora reloj manteniendo una distancia de 1.5 metros entre sí, y con puertas y ventanas abiertas para conseguir el correcto aireado del aula. Al finalizar el primer grupo, se procede a la desinfección del aula laboratorio (20 minutos) para que el segundo grupo de alumnos pueda ingresar con las mismas condiciones que el predecesor. Los alumnos que no asisten en forma presencial pueden seguir cualquiera de las dos clases en forma virtual.
- ¿Qué fue lo más difícil de sostener durante la experiencia virtual por la cuarentena?
- Realmente lo más complejo fue sostener la dinámica de la carrera que estaba, en ese momento, solo estructurada para la cursada presencial; las prácticas obligatorias en algunas materias hicieron que algunos alumnos tuvieran que aplazar su final hasta poder realizarlas. Afortunadamente en el verano, con parte de la apertura pudimos subsanar esa situación y ya poner a término con la cursada a casi la totalidad del alumnado.
Otro aspecto complejo y desafiante, fue también la gran cantidad de horas que profesores y alumnos estuvieron frente a las pantallas. Ya de por sí, la actualidad hace que pasemos gran cantidad de tiempo con la tecnología y los avances digitales, pero la pandemia y el confinamiento llevaron a duplicar ese tiempo virtual haciendo que los alumnos estuvieran más cansados, y menos concentrados en ocasiones.
- ¿Cuál es la proyección de aquí en más si las condiciones epidemiológicas no varían?
- Hoy creo que, ciertamente estamos muy fortalecidos, tenemos la capacidad de variar de una modalidad a la otra o incluso de llevar algunas clases híbridas en las que ambas, tanto la virtualidad y la presencialidad se den simultáneamente. Tenemos herramientas como las plataformas Blackboard o Zoom que nos permiten trabajar con los alumnos en ambas modalidades, incluso con la incorporación del aula laboratorio, tenemos una gran ventaja porque nos permite en el caso de un cierre más duro en los hospitales, de poder realizar ciertas prácticas allí, sin perder totalmente la posibilidad de realizarlas.