"Volver a ponerse en el lugar de tus alumnos me parece algo necesario"
Bárbara Bondarczuk (45) se graduó recientemente del Doctorado en Ciencias Médicas de la Universidad Abierta Interamericana, y su tesis doctoral obtuvo el máximo puntaje posible: 10. Además, es Lic. en Nutrición graduada en la Universidad de Buenos Aires (UBA) y profesora universitaria por la Universidad Maimónides.
Se desempeña como docente de UAI, la UADE y la Universidad Nacional de La Matanza (UNLaM). Le dedica algunas horas a la actividad asistencial, es decir a consultorio con pacientes adultos en el Sanatorio Franchin. Anteriormente, también ejerció como docente de la UBA, la Universidad Kennedy, Maimónides y la UCES, en diversas carreras de Nutrición y relacionadas a esta.
Apenas se recibió de nutricionista, concursó para un cargo de residente del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y llegó a ser jefa residentes en el Hospital Ramos Mejía. "Fue una experiencia que me forjó mucho en términos del trato con el paciente, con colegas y el resto del equipo de salud. Posteriormente me dediqué a la docencia, prácticamente desde que terminé la residencia", explicó.
- ¿Creés que tenés cierta "facilidad" para estudiar?
- No lo creo. Creo que lo mío pasa más por una cuestión de voluntad que de facilidad. Siempre me ha gustado estudiar. En el secundario fui o escolta de la bandera o abanderada, he tenido el diploma de honor en mi carrera universitaria de grado... Pasa por el gusto por el estudio. Me gusta volverme a encontrar en la posición de alumna, de estudiante, y poder relacionarme con otra gente que, además, está en las mismas circunstancias que yo. Ha sido una muy buena experiencia retomar el doctorado por eso también. Volver a ponerse en el lugar de sus alumnos cada tanto me parece que es algo absolutamente necesario.
- ¿Qué te pareció en Doctorado? ¿Le recomendarías a otra persona que lo curse?
- Significó para mi revivir una experiencia como estudiante que siempre es bueno es volver a vivirla. En ese sentido, conocer personas que están trabajando en otras áreas de salud, siempre el contacto es invalorable entre compañeros. Conocer profesores fantásticos... Hemos tenido docentes muy bien preparados en muchas materias. En cuanto a recomendarle a otra persona, creo que cualquier doctorado que uno encare tiene que entender que, una vez que termina de cursar las materias, no va a tener el apuro o la presión de ningún agente externo (profesores o autoridades) para encarar y finalizar el trabajo de tesis. Eso es lo más desafiante: encontrar el tempo y la voluntad para llevar adelante la investigación, escribir la tesis, encontrar un buen tutor o director de tesis también es algo fundamental. Yo he tenido la bendición de tener a la Dra. Julia Raimundi, que también trabaja en posgrados en psicología en la UAI, y nada de lo que logré hubiese sido posible sin ella. A las personas que estén pensando cursar el doctorado, el principal consejo que le daría es ese: asegurarse de que van a poder disponer del tiempo y que estén motivados en la temática de investigación que encaren. Si no, es muy difícil lograr un trabajo de tesis de calidad que les sirva también a los colegas que trabajan con uno en la misma disciplina.
- Tu tesis se llamó: "Construcción y validación de un instrumento para medir calidad de la dieta en adultos jóvenes de Argentina". ¿Podrás resumirla o contar sus principales lineamientos?
- El principal propósito del trabajo de investigación, y en esto me inspiró mucho la ex directora de la carrera en la UNLaM, Graciela Areces, fue lograr una herramienta que sirviera y fuera de utilidad para el trabajo cotidiano de los colegas. Lo que se creó y se validó fue un instrumento que tiene el formato de un cuestionario, donde cualquier persona, no es necesario que lo complete un profesional en nutrición, cualquiera puede autoevaluarse en torno de cómo es su consumo de alimentos y bebidas a través de completar 18 preguntas. Son de elección simple, dicotómicas, comprensibles para la mayor parte de las personas desde la adolescencia hasta la adultez mayor, y es a estas a quien va dirigido. Una vez que se responden, se puede tener una aproximación a qué tan adecuada es la adherencia a lo que está plasmado en nuestras guías alimentarias. También, una información bastante fidedigna de cuáles son los puntos flojos a mejorar en la dieta de cada una de las personas para optimizar su calidad. Esto permite orientar las estrategias dentro de la consulta, y una eventual estrategia educativa, grupal si estamos pensando en el trabajo no solamente con individuos sino también con poblaciones. Es un instrumento de aplicación sencillo, rápido de completar que toma solamente cinco minutos, pero como todos estos instrumentos sencillos en términos de implementación, requieren por detrás un trabajo importante para su validación y eso es lo que se ha hecho durante toda la investigación.
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