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Musicoterapia: una carrera que sigue creciendo con ritmo propio

La Licenciatura en Musicoterapia de la Facultad de Psicología y Relaciones Humanas de laUAI crece todos los años, tanto en cantidad de alumnos que se anotan para estudiarla, como en los graduados . Hablamos con la Lic. Cecilia Turdera, flamante directora de la carrera en Buenos Aires, quien explicó algunos de los "secretos" del éxito de esta.

"En los últimos años estamos teniendo más matrícula, es algo muy positivo porque la profesión tiene más difusión y eso hace que la carrera también. En agosto se podrán inscribir, porque hay materias que se pueden empezar a cursar en este segundo cuatrimestre, no tienen que esperar hasta el año que viene para comenzar, si es que alguno está interesado", destacó Turdera.

La entrada a la sala de audio en la Sede de Almagro, donde se dicta la Lic. en Musicoterapia.



Y dijo que hubo actividades que se realizaron, como por ejemplo el Ensamble (mirá más acerca de esto con unCLICK AQUÍ), que hicieron que la pertenencia a la carrera se desarrolle cada vez más.

"Lo que estamos viendo es que, gracias a las actividades como el Ensamble, que son espacios de pertenencia para los alumnos, cada vez se mantienen más numerosas las comisiones. Lo que buscamos en estas propuestas es que el aprendizaje sea colaborativo y que los alumnos se sientan protagonistas de cada uno de los procesos de su trayectoria académica", aseguró la directora.

La Lic. en Musicoterapia, que es una licenciatura de cuatro años que culmina con un trabajo de integración final, en la Ciudad de Buenos Aires se dicta en la Sede que la UAI posee en el barrio de Almagro (Palestina 748, CABA), donde el tercer piso es casi exclusivo de esta disciplina.

Allí, la "vedette" del edificio es la sala de audio, que cuenta con múltiples instrumentos (desde piano, guitarras, batería, otros de percusión y mucho más), que tiene que ver con las asignaturas de audioperceptiva, acústica y las que involucran el hacer música con otros, pero además está la sala de las asignaturas vivenciales, en las que no hay sillas, sino colchonetas para recorrer el espacio y trabajar con instrumentos y el cuerpo de forma cómoda y segura.

La sala de las asignaturas vivenciales.



Además, el hall del tercer piso aloja reuniones cuando hay presentaciones, por ejemplo, de libros de docentes, o trabajos de los alumnos, o cuando llegan invitados y profesores a tocar. Hay muchos eventos para la comunidad, para graduados, colegas y demás.

A partir de junio el Ensamble pasó a estar bajo la órbita del programa de Bienestar Universitario de la Vicerrectoría de Extensión, y la idea es que toda la comunidad UAI (docentes, alumnos y personal) puedan participar de manera libre. Las reuniones son los 2° y 4° sábados de cada mes, a la mañana, "para encontrarnos a través de la música y hacer música con otros", aseguró Cecilia.

Y ahondó: "Tocar con otros y hacer coproducciones compartidas. No es necesario saber música, porque es sentarse a jugar con otros y, a partir de ahí, ir conociendo los elementos que tenemos a disposición. Tenemos un montón de instrumentos en la sala de audio, en nuestro estudio y se ponen todos a disposición en el ensamble".

- ¿Cómo explicarías a la Musicoterapia?
- Es una profesión del área de la salud que trabaja haciendo un enlace entre el arte y la salud. Trabajamos en la promoción, prevención y tratamiento, con diferentes grupos etarios: niños, adolescentes, adultos y adultos mayores. Y, al interior de esos grupos, en diferentes instituciones públicas y privadas de diversos ámbitos. En el área de discapacidad, salud mental, educación, en lo comunitario. Hay mucha salida laboral, y  cada vez más ya que va ganando terreno en diferentes territorios. Esto, sobre todo, a partir de la ley de ejercicio profesional (Ley 27153) , por la cual los musicoterapeutas tenemos una matrícula profesional, al igual que los psicólogos, terapistas ocupacionales, etc. Esto de la matriculación nos puso a un nivel como cualquier otra de las disciplinas de la salud. Entonces, eso categorizó de alguna manera a la carrera, y podés encontrar a un musicoterapeuta en los mismos ámbitos que se encuentran las demás profesiones de la salud.

- ¿Cómo se relaciona con otras terapias?
- Nosotros pensamos nuestra profesión desde la interdisciplina. En mi caso, que trabajo con niños en el área de discapacidad, trabajo siempre de manera interdisciplinaria. A ese niño puede atenderlo un musicoterapeuta, un psicólogo y un terapista ocupacional. O, un fonoaudiólogo, un kinesiólogo y un musicoterapeuta, por poner ejemplos. Trabajamos en interdisciplina porque pensamos que ese niño requiere de diferentes profesionales que puedan pensar juntos sobre su desarrollo y su bienestar. En nuestro caso, podemos aportar mucho al despliegue subjetivo de los niños, y ofrecer nuestra escucha a los gestos comunicantes, por más pequeños que sean, y trasmitir esto al resto del equipo que atiende a ese niño puede ser una buena herramienta también para ellos.

 


- ¿Cómo puede llegar, por ejemplo, los padres a pensar en musicoterapia para ayudar a sus hijos?
-En ocasiones los padres llegan a musicoterapia por una derivación del pediatra, neurólogo, o por recomendación de un psicólogo u otro profesional, por esto que te contaba de que en general cuando trabajamos con niños lo hacemos de forma interdisciplinaria. En otras ocasiones puede ocurrir que los padres conozcan la musicoterapia y les parezca una buena opción para sus niños, porque observan que a través de los lenguajes lúdicos y expresivos, como es la música, logran encontrar momentos de vinculación con los otros, o pueden expresarse con mayores herramientas. En musicoterapia trabajamos en modalidades individuales y también grupales. Es muy importante este aspecto ya que a través del trabajo en grupos, podemos potenciar estas herramientas de expresión y comunicación con los otros.

- La música alegra y acompaña a la humanidad ¿No? -
- La música y la musicalidad es algo que todos los seres humanos tenemos, lo llevamos como parte de nuestra cultura, nuestra identidad. En la carrera hay materias como antropología y etnomúsicas entre otras, para conocer los primeros vínculos de los sujetos con la música. Nosotros nos servimos de la música en su aspecto más amplio; sonido, cuerpo, movimiento, gestualidad, musicalidad, para convocar a los pacientes o beneficiarios a hacer una co-producción compartida No es necesario saber tocar para poder encontrarnos en un diálogo sonoro con el otro, y a partir de allí empezar a construir desde la subjetividad. Podemos explorar y jugar a través de hacer sonoro musical y pensamos que allí, en ese intercambio, se produce un cambio. La escucha del profesional musicoterapeuta es fundamental, para poder encontrar allí en lo que el otro produce, un rasgo de su identidad, un gesto de expresión subjetiva.