“Estoy eternamente agradecido con la universidad”

Sebastián Petrocchi, es egresado de Analista de Sistemas de la Universidad Abierta Interamericana. Actualmente está terminando su Trabajo Final de Ingeniería para recibirse de Ingeniero de Sistemas Informáticos. Por sus conocimientos y sus estudios en el tema, es Director de su propia empresa llamada Sistemas Aplicados. Realizamos una entrevista con él para que nos cuente sobre su proyecto y su paso por la institución.

¿En qué lo ayudaron la UAI y Jorge Scali en su emprendimiento?

La verdad que en casi todo. Yo obtuve desde mis estudios las herramientas como para poder analizar un proyecto, saber si un negocio es viable. La parte de negocios que vi con Jorge a mí me ayudó mucho, tuve que enfocar un proyecto que sea rentable en el tiempo, que se pueda mantener. Y de la facultad en general yo estoy muy conforme con mi carrera y la quiero. Estoy eternamente agradecido con la universidad por haberme dado las herramientas y ayudarme a crecer profesionalmente.

¿Qué es el emprendimiento que usted está formando?

Es una empresa de servicios, más que nada una consultoría. Yo trabajé quince años en una empresa atendiendo las cuentas corporativas más grandes de este país. Por ende mi trabajo era escucharlos y hacer consultoría sobre soluciones tecnológicas a empresas como Arcos Dorados, 3M, Coca-Cola, entre otras. Son cosas que yo sé cómo es la topología y se explayarme en el tema. Sabiendo todo eso, me abrí de la empresa donde trabajaba y hoy estoy formando la mía. Su nombre es Sistemas Aplicados 

¿Qué es lo que hace Sistemas Aplicados?

Uno de los productos que ya tenemos en línea funcionando es un software cloud, que es un sistema de fidelización de clientes multi-empresa. Es decir, empresas que deciden fidelizar su cartera de clientes, asignándoles un determinado puntaje en base al gasto de la compra que tuvo. Este producto se llama Club Canje, que como dije, es una plataforma online de fidelización de clientes. En un momento tuve que apartar un poco el estudio por la cantidad de clientela que tenía.

¿Qué les recomienda a los alumnos que recién están empezando?

Yo hasta tercer año veía esta carrera como una inversión previendo lo que se podía venir en el futuro. El avance tecnológico es irreversible y yo ya lo sabía en aquel entonces. Por eso me anoté en la UAI de Lomas de Zamora. También estoy al tanto que hay un déficit de ingenieros en el país y que hay que contratar ingeniería de afuera cuando la podríamos dar nosotros mismos. Creo que el alumno que recién comienza no tiene ni idea de adonde puede llegar estudiando esto. El estudio es 80% actitud y perseverancia.

Entonces, le recomiendo que cursen con ganas. Hay dos caminos bien formados que te da esta carrera, uno es trabajar en relación de dependencia en alguna empresa multinacional, y el otro, que elegí yo, es formar mi propia empresa y transitar mi propio camino.

Hay una gran demanda de programación pero el alumno tiene que saber que va a programar para otro, es por eso que les quiero recomendar a los alumnos que no se queden en tercer año siendo Analistas de Sistemas, sino que hagan los cinco años. Desgraciadamente el trabajo de analista en unos años va a desaparecer. Antes hacer una página web era un negocio y hoy lo puede hacer cualquiera por la simple razón de que hay tutoriales de todo.

Les digo a los alumnos que no se queden con la programación. Lo interesante de esta carrera es entender el mercado y la ingeniería que es fabulosa.

Cuando recién comenzaba la carrera, ¿Se veía dónde está ahora formando su propia empresa?

No, en absoluto. Yo lo hacía por motivos personales. Sabía que estudiando tenía más posibilidades sobre el que no. Sinceramente no me esperaba esto. Trabajé muchos años en una empresa donde me formaron muchísimo. Yo arranqué haciendo trabajos de consultoría independientes, al margen de mi relación de dependencia. En 2015 fue que decidí hacerme valer por mis conocimientos y dar servicios personales e individuales a parte de lo que hacía en mi trabajo de ese momento.

¿Qué ventajas y desventajas tiene pasar de programar para alguien a programar para uno mismo?

El programador es vital. Pero una cosa es programar con objetivos o requerimientos claros donde vos no te vas a mover de eso. Pero sin embargo, cuando vos programas para vos mismo estás pensando en futuro, en un negocio. Hay mucha diferencia entre programar para alguien y programar para uno mismo. En realidad en todo es así. Nadie hace las cosas como uno. En definitiva trabajar para uno mismo te da un valor agregado importante.

Y en cuanto a las desventajas, es que hay que saber liderarse y conocerse a uno mismo. ¿Por qué? Porque trabajar en relación de dependencia te da muchas seguridades. Teniendo un jefe tenés a una persona que te orienta y te dice “esto no me gusta, dale una vuelta de tuerca”, pero cuando uno emprende solo no tiene a esa persona, porque esa persona es uno mismo. Un punto muy difícil es pararse desde otra perspectiva que no sea uno mismo.

¿Qué cosas tuvo que dejar de lado para poder comenzar con este proyecto?

Por empezar, me costó mucho dejar la relación de dependencia a una empresa que le di todo. Pero dar el paso en trabajar para otro, cumplir horario, tener un sueldo, una obra social, estar en la zona de confort y saltar de ahí a un mundo que no sabes si vas a facturar y si te va a ir bien, es difícil. Dejar mi costumbre, mi zona de confort me costó.

¿Cómo te ves de ahora a tres años?

La verdad que mil puntos. Yo voy a seguir hasta formar mi propia empresa, tener mis propios analistas, mis programadores, tener un servicio de post venta, sé que voy a crecer.

Mi objetivo es tener mi propia propiedad, tener mi lugar de trabajo, convenios, etc. Sinceramente el objetivo final es gozar más de mi vida porque es la única que tenemos.

¿Tiene socios?

Club Canje tiene un socio. Este programa comienza con un pedido de él diciéndome que necesitaba que yo le haga un software. Entonces yo le dije que no se lo quería vender, sino que le propuse que seamos socios. Hoy en día él se encarga de la parte comercial de ese producto.

¿Qué es lo más lindo que tiene la profesión?

Esta profesión no me da miedo a nada. Pero lo más lindo que tiene es el foco, uno no se queda con lo que se habla, el ingeniero va más allá. El ingeniero es muy estructurado, llevamos la ingeniería a todos los ámbitos de la vida, por ejemplo las juntadas por el día del amigo, las vacaciones, etc. Lo que más me dio el estudio es el punto de vista, de ver las cosas de otra manera.