Cortometraje local de graduados UAI

Fiama Donnet y Vicente Menzella son graduados de la Licenciatura en Producción y Realización Audiovisual de la Sede Rosario. En el marco de su trabajo final de tesis decidieron producir el cortometraje de ficción “Tardes de sol. Noches de agua”, donde narran la historia de la joven Lamia, como arquetipo de mujer atravesada por la violencia de género, el fanatismo religioso, y el ensañamiento con lo diferente.

La calidad del trabajo despertó el interés del mundo audiovisual, por lo que ya fue seleccionado para participar tres festivales internacionales de España, Italia, Turquía, Perú, Estados Unidos y el Reino Unido 

El diario El Ciudadano de Rosario, dialogó con Fiama y Vicente (C.A.Y Productora), quienes contaron las particularidades de esta historia, que se ha convertido en una verdadera revelación dentro del séptimo arte.

https://www.elciudadanoweb.com/un-cortometraje-local-sobre-lo-atemporal-de-la-violencia-de-genero/

Por Miguel Passarini

 

Tardes de sol. Noches de agua es el título de un cortometraje de 2019 de C.A.Y Productora, un novel equipo de artistas y creadores locales surgidos al calor de la Licenciatura en Producción y Realización Audiovisual en la Universidad Abierta Interamericana (UAI), que se destaca por el cuidado tratamiento de la imagen en un rotundo blanco y negro, la dirección de actores y particularmente por su temática ligada con la violencia de género.

Tomando como disparador el tema de Fito Páez “Las tardes del sol, las noches del agua” que evoca el caso real de una joven en Villaguay que del silencio y la locura absolutos comienza a hablar en inglés y a decir sólo “I love you”, lo que derivó en una serie de hechos extraños incluido un exorcismo, el equipo que encabezan Fiama Donnet como productora y Vicente Menzella como guionista, director y montajista, reunió para la realización del corto de veinte minutos a un destacado elenco local, encabezado por Lara Todeschini, Adriana Frodella y David Giménez, a quienes acompañan Héctor Vilmar, Mumo Oviedo, Francisco Fissolo, Ricardo Martínez y Gloria Piñero, con fotografía de Victorio Parodi, sonido de Aldo Dignani y dirección artística de Antonela Solier.

 

“Contamos con un elenco y equipo técnico que nos brindó un salto de calidad. Desde un principio todos confiaron en la idea, y nos acompañaron a lo largo del proceso con nuestros errores y aciertos. Nada de todo esto hubiera sido posible sin la participación de cada uno de ellos”, destacó la productora en diálogo con El Ciudadano.

Más allá de los elementos que transitan el material y que dialogan con el realismo mágico y el delirio místico con momentos marcadamente surrealistas, el corto pareciera elegir la atemporalidad para dejar en claro que estas historias de abusos y violencia de género fuera de las grandes urbes no se corresponden con un tiempo en particular. En la historia, la joven Lamia, quien se comporta como una niña, vive con su madre, una mujer castradora y supersticiosa. Debido a la enfermiza relación que esta mantiene con su hija, el contacto de Lamia con el mundo exterior es casi nulo y la única oportunidad que la joven tiene para recorrer las calles del pueblo es a través de los mandados que ordena su madre. Así conoce y se obsesiva con Conejo, hombre del pueblo y cabecilla de un grupo de muchachos que termina abusando de la inocencia de Lamia.

 

C.A.Y Productora surgió en 2016 en un marco académico para darle entidad a la sociedad que conformamos  con Vicente Menzella. En aquel momento, éramos estudiantes de la Licenciatura en Producción y Realización Audiovisual en la UAI, deseosos de generar algún contenido que de alguna manera representara nuestra concepción audiovisual”, adelantó Fiama Donnet, quien destacó que el corto participó de festivales en Inglaterra, Estados Unidos, Italia, España, Turquía, Perú y México.

“Tardes de sol. Noches de agua comenzó como un cortometraje de autogestión en términos  económicos para una asignatura dictada por Gabriel Guillaumet. Gracias a su apoyo, tanto como el del director de la carrera, Juan Mascardi, se convirtió en nuestro proyecto final de tesis. Y para su realización contamos con el aporte total de los equipos utilizados por parte de la productora y Rental Anfibia, con la colaboración de realizadores provenientes tanto de la Escuela Provincial de Cine y Televisión como de la UAI”, especificó la productora.

“El disparador para el guion fue la canción de Fito Páez que narra un supuesto hecho verídico que tuvo lugar hace muchos años en Villaguay, en Entre Ríos, donde sus habitantes exorcizaron a una nena porque creían que hablaba en lenguas, cuando en realidad, lo que esta niña enunciaba era una simple frase en inglés.  A pesar de contar con una trama atrapante, la elección de esta canción, básicamente, se debió a la impronta visual que emplea la letra a la hora de narrar los acontecimientos que la componen, ya que está saturada de una lírica potente donde en un margen de cinco minutos logra resumir a la perfección un sinfín de elementos, sensaciones y situaciones decadentes y angustiantes tanto de los personajes como  del universo diegético en el que se desenvuelven. Es decir: sitúa al oyente en espacio y tiempo, al establecer un clima”, dijo el director, que destacó que a la hora de adaptar esta historia a un guion, “el desafío estaba en generar un producto audiovisual que emule o replique ese clima previamente establecido por la canción”.

Con relación a lo atemporal del material que por momentos remite a comienzos del siglo veinte y en otros al presente, sin que eso afecte lo narrativo, productora y director reconocieron: “El corto transcurre en un pueblo atemporal; utilizamos elementos de distintas épocas, algunos más antiguos como por ejemplo el vestuario, y otros un poco más recientes como las motos, y los integramos dentro del blanco y negro. Todo esto con la intención de trasmitir la importancia de que la problemática abarcada excede la cuestión temporal, porque lo que se relata, el abuso, pasó y sigue pasando; es el machismo impuesto que aún perdura en nuestra sociedad frente al rol de la mujer. Y la ausencia de color es un elemento agregado a la trama para resaltar la oscuridad de lo que acontece”.

Finalmente, y respecto de la elección de la talentosa Lara Todeschini para el rol protagónico, expresaron: “Con Lara gestamos la idea años previos a su realización. Cuando comenzó la escritura del guión, tuvimos una serie de encuentros muy fructíferos, ya que mientras se iba construyendo el universo del material, ella iba componiendo los distintos aspectos de Lamia y entonces resultó ser un ida y vuelta creativo constante. Una vez establecidos los parámetros que queríamos explorar en cuanto al relato, hicimos una serie de trabajos experimentales enfocados en reforzar la comunicación entre ambos y cuestiones que luego estarían plasmadas en el corto. Por lo tanto apostar por Lara fue un acierto, dado que no sólo sostiene el corto de principio a fin, sino que tuvo una lectura orgánica e inmediata de lo que el personaje y el entorno exigían y eso es propio de una gran actriz”.